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El Telégrafo
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Hasta mañana se tratarán 6 áreas temáticas en la convención

Aníbal Quijano propone una revuelta epistémica

Aníbal Quijano propone una revuelta epistémica
27 de agosto de 2015 - 00:00 - Redacción Cultura

Con el salón lleno se inauguró el martes pasado la III edición del Congreso Latinoamericano y Caribeño de Ciencias Sociales en la Flacso, en Quito. Las autoridades de la institución dieron la respectiva bienvenida a estudiantes, investigadores y académicos de América Latina y otras partes del mundo que se reunieron, a las 18:00, en el Hemiciclo para escuchar la primera charla magistral a cargo del sociólogo peruano Aníbal Quijano.

El congreso concluirá mañana con la conferencia de la antropóloga norteamericana Joanne Rappaport, a las 18:45. La propuesta que se hace dentro de este espacio de discusión es cuestionarse el papel de las ciencias sociales en la sociedad y en qué momento se sitúan actualmente. El secretario general de la Flacso, Adrián Bonilla, analizó cómo están concebidas las ciencias sociales y cómo esto puede afectar la producción del conocimiento: “Es muy común que desde el ejercicio de la política o de los actores que requieren respuestas, la concepción de las ciencias sociales sea como ideologías cuasi religiosas (…) cuando la actividad científica se convierte un acto de fe, entonces la ciencia social se convierte en un instrumento de prédica”, cuestionó Bonilla.

Asimismo, el presidente del consejo superior de la Flacso, Gerardo Caetano, consideró que se debe rediscutir el papel de las ciencias sociales: “Les propongo plantear una nueva legitimidad de la ciencia, en donde la misma no sea un discurso de la verdad sino que sea una contrastación de hipótesis”, expresó.

En este marco el también teórico político, Quijano, felicitó la promoción de ese tipo de espacios de debate que “no siempre tienen el eco que deberían” e inició con su ponencia sobre la colonialidad del poder: “Siempre se trata del poder, todo el debate en las ciencias sociales latinoamericanas están obviamente y necesariamente atravesadas por esta cuestión, el poder”.

La colonialidad del poder -a su parecer- sería uno de los mayores conflictos históricos de desigualdad. Al momento de diferenciar al ser humano no solo por sus luchas de poder sino por su naturaleza biológica se crea la idea de raza.

“Colonialidad no es lo mismo que decir colonialismo. El colonialismo es la relación de identidades y etnicidades diferentes pero la colonialidad busca mostrar que la historia de la gente depende de su naturaleza biológica”, explicó el sociólogo y mencionó que el colonialismo, aunque no del todo, casi ha terminado, mientras que la colonialidad no.

Entonces ¿cómo conseguir la descolonialidad del poder? Quijano cree que “se puede vivir adentro y en contra” lo que no significa estar todo el tiempo cuestionando y resistiendo las relaciones de poder infundadas en la idea de raza sino que es necesario una revuelta de varias epistemes alternativas: “La descolonialidad del poder no ocurre si no existe una reproducción innovadora de cómo se organiza la episteme de cada uno de sus miembros”, dijo. (I)

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