Amore, la visión del amor a través de Yanet Gómez
Una mujer entra a escena y el silencio la invade. Una luz la abraza sin música ambiental.
Fija su mirada al público y decide compartir un cúmulo de sentimientos atascados.
No tiene nombre ni es un personaje. Se presenta en cuerpo, voz y emociones.
La actriz cubana, Yanet Gómez, está detrás de este monólogo llamado Amore (amor en italiano).
Una partitura corporal escrita y dirigida por Martín Peña, con la tinta emocional de su colega y coproductora de Teatro del Cielo.
“Es como una visión metafórica de lo que muchas personas sentimos con respecto al amor”, dice el dramaturgo.
Cuenta que la idea inicial trataba el drama de una mujer de la tercera edad, pero Gómez superó ese rol.
Peña recuerda que la motivación se presentó en el proceso de exploración.
Sesiones en las que trabajaron frases para tocar fibras y dar paso a la improvisación física y vocal.
De ahí nació la dramaturgia y el director aplicó la técnica para unir las piezas y darle un sentido racional.
El hilo emocional
El público no verá una historia, al contrario, escuchará a una persona que quiere compartir su vida con otra.
Con el correr de los minutos su comportamiento natural se caerá por un sentimiento de hastío pasional.
Está cansada de permanecer atada al régimen de vivir con y para el otro. Así que romperá con la dependencia dando paso a la soledad.
Sin embargo, una revelación la ilumina y empieza a palpar su verdadera esencia.
Bajo la técnica de mimo corporal, el monólogo fluye a través de un intenso y profundo lenguaje artístico muy propio de Teatro del Cielo.
“Vas a ver a Yanet y a la humanidad entera reflejada en mi cuerpo, con mi voz y emoción”, asegura la actriz.
De los recursos utilizados para entrar en el rol, la obsesión muy marcada de su personalidad fue la escogida.
Una motivación para encender sus sentidos y llevarlos a todo nivel, con picos altos y bajos.
No trata temas vinculados a la violencia de género. El público decide hacia dónde quiere llevar el contexto.
“Una persona me dijo que se había encontrado con la niñez, con la relación que tenía con su madre y que no podía decir pero a través de este monólogo lo pudo expresar”, señala Gómez.
Su discurso tiene momentos de alegría y excitación, pero también de melancolía y depresión. Estados con los que va tocando fibras.
“El accionar depende de cada momento, hay una partitura corporal para todo, el único momento de improvisación es cuando me visita la emoción”, indica.
En esta parte el director plantea un momento de improvisación de la actriz basada en la locura, emoción que sucumbe en estallido.
“Pese a que se respeta la partitura de movimientos, siempre hay que llegar a un estado emocional, si no, no podría presentarla sin lo de adentro”, detalla el director.
Cree que este trabajo ha rebasado los límites técnicos y se ha convertido en una ceremonia o un evento psicosomático.
Una opinión que guarda desde el estreno de la obra, en octubre del año pasado, en Colombia.
Algo muy particular de la compañía teatral reconocida en Ecuador como una de las pocas exponentes del estilo de mimo corporal.
Amore estará en cartelera del Teatro Muégano (Callejón Magallanes y Rocafuerte), del 13 al 16 y del 20 al 23 de junio. De jueves a sábados en horario de 20:00 y los domingos a las 18:00. (I)