El actor argentino Alfredo Alcón, con laureada trayectoria en el teatro y el cine, falleció ayer en Buenos Aires, a los 84 años, según confirmó su amigo cercano Jorge Vitti.

Tras haber estado ingresado durante cuatro meses en un sanatorio de la capital argentina, murió en su casa por una insuficiencia respiratoria junto a algunos colegas y amigos.

Nació el 3 de marzo de 1930. De muy pequeño quedó huérfano de padre y sufrió las consecuencias de una crisis económica. A pesar de todo pudo acceder a la biblioteca de uno de sus padrinos, de la que robaba libros para luego interpretar a los personajes frente a sus compañeros. Desde ese momento se proyectaba en el teatro, aunque según decía, en ese entonces no era tan bueno.

Su primer trabajo fue en la radio, dando los anuncios del día en el Mercado de Hacienda hasta que un empresario logró llevarlo al cine, sin que ese sea un motivo para que abandonara el teatro.  

En 1955 tuvo su primer protagónico en el cine junto a Mirtha Legrand, actriz ícono del momento.  Alcón tuvo su primer papel protagónico en el cine en 1955 en El amor nunca muere, junto a Mirtha Legrand, actriz que en esa época era considerada un ícono de la pantalla grande. Luego de películas como Un guapo del 900, Martín Fierro, El Santo de la espada o La mafia, tuvo un papel importante en una de las películas más taquilleras de la historia del cine argentino, Nazareno Cruz y el lobo, grabada en 1975 y dirigida por Leonardo Favio.

En teatro trabajó frecuentemente con Osvaldo Bonnet y Omar Grasso y se caracterizó por interpretar obras de Ibsen, Lorca, Arthur Miller, John Osborne, Eugene O’Neill, Edward Albee, Tennessee Williams, Marlowe o Samuel Beckett. De este último fue la obra postrera que dirigió, en 2013, junto a Joaquín Furriel, Final de Partida.

Entre sus reconocimientos más destacados está el Premio al mejor actor en el Festival Internacional de Cine de Cartagena, además de haber ganado dos veces el premio Martín Fierro y otras tantas el Cóndor de Plata y el Estrella de Mar de Oro; recibió el ACE de Oro, el María Guerrero, el Ollantay, el gran premio de honor de la Fundación Konex, el García Lorca y varias distinciones especiales fuera de Argentina.

“Toda su trayectoria es respetable. Era de esos actores que hacían realmente lo que creían que tenían que hacer, con todo el respeto”, dijo la actriz Cipe Lincovsky al enterarse del deceso de Alcón.

Sus restos serán velados en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación de Argemtoma. Se abrirá al público la sala para que también pueda despedirse del actor.

Hoy sus restos serán enterrados en el panteón de actores del cementerio de la Chacarita en Buenos Aires. Pero antes, el cortejo pasará por el teatro San Martín.

Alcón será recordado por muchos de sus colegas como un“maestro”, aunque no le gustaba que lo llamaran así porque, según decía, “el que se cree maestro es un pelotudo”.

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