Ecuador perdió a varias figuras significativas para la cultura en el 2015. La literatura, por ejemplo, quedó huérfana con la muerte del escritor guayaquileño Miguel Donoso Pareja, quien transitó por las rutas de la novela, el ensayo, el cuento y el periodismo.

Entre sus obras más destacadas están Henry Black; La Muerte de Tyrone Power en el monumental del Barcelona; Krelko y otros cuentos y Ecuador: identidad o esquizofrenia. Además, Donoso Pareja se caracterizó por haber formado a varias generaciones de escritores latinoamericanos, entre ellos Juan Villoro, Huilo Ruales y Alfredo Noriega, a través de sus talleres literarios.

En cambio, la fotografía perdió al quiteño Iván Garcés, definido por todos como un ‘transgresor’ de la imagen. Garcés era un hombre que registró durante más de 30 años a su ciudad, Quito. “Más allá de fotógrafo, el Iván era un tipo que estaba inquietando siempre a todo el mundo, siempre estaba proponiendo imágenes para discutir, siempre buscó romper los límites”, recuerda Paco Salazar, con quien, junto con Pepe Avilés, fundaron el restaurante, café, bar, jazz club El Pobre Diablo, a inicios de los 90.

El mundo del pensamiento científico y andino se despidió del investigador ambateño Marcos Guerrero Ureña, quien redescubrió la geometría de Los Andes precolombinos y solía decir que “la matemática es un lenguaje de la naturaleza”.

Guerrero Ureña publicó libros como La geometría analítica fractal: La geometría prehispánica, que es un estudio de los fractales precolombinos basados en la chakana (cruz escalonada andina como eje de coordinación que puede medir el volumen de montañas.

A esta lista se suman otros nombres de creadores extranjeros que dejaron huella, como el escritor colombiano Óscar Collazos, autor de Batallas en el Monte de Venus y Señor sombra; el escritor sueco Henning Mankell, famoso por su serie de novelas negras como La leona blanca; y el neurólogo y escritor Oliver Sacks, quien escribió Un antropólogo en Marte. (F)