Ernesto Laclau, profesor argentino de la universidad británica de Essex que inspiró con sus ideas a la presidenta Cristina Kirchner, murió ayer a los 78 años en España, informaron en Buenos Aires fuentes diplomáticas.

Laclau fue autor de ‘La razón populista’, entre otras obras que destacan los procesos populares en América Latina iniciados después de las dictaduras de los años 1970-80.

Filósofo y politólogo, sostenía que cuando las masas populares se incorporan a la arena política aparecen “formas de liderazgo no ortodoxas desde el punto de vista liberal democrático”.

“Lejos de ser un obstáculo (este liderazgo) garantiza la democracia, evitando que esta se convierta en mera administración”, afirmaba el pensador, graduado en Historia en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Laclau emigró a Londres en 1969 para evitar la censura de la dictadura, que entonces encabezaba el general Juan Carlos Onganía, y se doctoró en filosofía política en la Universidad de Oxford, con el padrinazgo del prestigioso historiador Eric Hobsbawm.

“Fue uno de los últimos grandes teóricos del pensamiento latinoamericano y emancipatorio. Su historia académica comprometida en sus años en Inglaterra, lo convirtió en uno de los referentes internacionales de las izquierdas y del posmarxismo”, dijo a la agencia estatal Télam el filósofo Ricardo Forster.

Forster es uno de los miembros activos de Carta Abierta, la organización de intelectuales kirchneristas a la que pertenecía también Laclau.

Laclau estaba en Sevilla invitado a dar una conferencia, acompañado por su esposa, la académica belga Chantal Mouffe, cuando sufrió una descompensación en el hotel.

El intelectual iba a participar de un seminario organizado por la agregaduría cultural de la embajada argentina en España.

En 60 y 70, Laclau se integró a movimientos de pensadores que se autodenominaban “de la izquierda nacional”, para diferenciarse de los vinculados al marxismo ortodoxo.

Junto a su compañera Chantal, filósofa y también politóloga, plasma en 1985 ‘Hegemonía y Estrategia Socialista’, un libro en el que define la noción de ‘pluralismo agonal’, en el cual la idea de una sociedad plena y sin antagonismos es imposible.

En esta obra, reeditada en 2004, Laclau elabora un recorrido por la concepción de la hegemonía, que pasa por el desmenuzamiento de figuras como Lenín, Trotsky, Rosa de Luxemburgo y, finalmente, Antonio Gramsci.

Critica así conceptos fundamentales en el marxismo, como lo son la neutralidad de las fuerzas productivas y la creciente homogeneidad y pauperización en la que caía la clase obrera a medida que se desarrollaba el capitalismo.

“La clase obrera se fragmenta entre distintos agentes sociales, como parte de un proceso en el que existen distintas posiciones en el interior mismo de los agentes sociales, los cuales carecen, por tanto, de una identidad racional última”, explica en su tesis.