160 años del nacimiento del primer cronista de diario EL TELÉGRAFO
El 10 de enero de 1883, Ecuador vivió un pentavirato que empezó con el derrocamiento del general Ignacio de Veintemilla. Ante este episodio, el mandatario se trasladó a la ciudad de Guayaquil.
En Quito, liberales y conservadores depusieron sus profundas discrepancias y se unieron con el fin de apartar a Veintemilla del poder. Estos portavoces provisionales convocaron a una Convención Nacional, el 10 de agosto de ese mismo año, con el objetivo de cambiar el contenido de la Constitución vigente.
En ella se nombró presidente de la República al doctor Jose María Plácido Caamaño. La mayoría parlamentaria estuvo constituida por conservadores. Aquello originó nuevos roces políticos, ocasionando pugnas y rivalidades en el ala liberal. Fue así que el Gobierno se desdobló hacia una forma distinta de dirigir el país.
Según el doctor Carlos de la Torre, el presidente Caamaño organizó un gobierno autocrático, desvinculado de la opinión pública y proclive a su dictatorialismo legalista. “A pretexto de defender los principios religiosos, hizo de la retaliación la base de su estabilidad política”, eso provocó una reacción inmediata de los liberales.
Esta historia del país empezó a escribirse en EL TELÉGRAFO y, por supuesto, en las crónicas de Nicolás Augusto González. (I)