Diseñadores de moda se abren espacio en Guayaquil
Nueva York, París, Italia, España y ahora Guayaquil. Los desfiles de moda de colecciones propias no son ajenos en el puerto principal.
Los diseños llegan de la imaginación y trabajo de al menos una decena de profesionales ecuatorianos. Es más, desde 2003 se realiza el conocido Fashion Week con ediciones en Salinas, Guayaquil y otras ciudades del país.
Para muchos la dinámica de una pasarela como esta es sencilla: entrar a la sala y tomar asiento, esperar a que se apaguen las luces, salgan los modelos y al final aparezca un personaje que sin mayores poses saluda al público. Pues precisamente este personaje es quien hace posible estos diseños y la ropa que luego verá en algún centro comercial del país.
Detrás de cada uno de ellos hay historias, estudios y anécdotas. Sus vidas son una muestra de esfuerzo. Les contamos los relatos de 4 diseñadores en Guayaquil, que han apostado por prepararse en institutos nacionales e internacionales para hacer de la moda una carrera. Cada caso es una muestra de la pasión que cada uno tiene por este mundo.
Roberto Rivadeneira creció rodeado de telas, hilos y agujas
Después de estudiar en un colegio militar se convirtió en diseñador. La razón: sus padres se dedicaban a la confección de uniformes para entidades bancarias y aerolíneas. Curiosamente, al principio Roberto no tenía entre sus planes ser diseñador, sin embargo hoy sus chaquetas, ternos entallados o slim fit y camisas son lucidos por jugadores de fútbol, rostros de la pantalla chica y amantes de lo refinado. Antes el joven había estudiado marketing y negocios internacionales, además de infografía. “Realmente mis padres me impulsaron a estudiarla. Al inicio no quería porque toda mi vida estuve en la Academia Naval Almirante Illingworth y cuando estas en colegio militar difícilmente alguien te va a decir voy a estudiar para ser diseñador. Pensaba estudiar solo 6 meses pero la vida me sorprendió”, relata Rivadeneira.
En 2001 cuando cursaba clases en Eurodiseño participó en el primer Fashion Weekend, en el que presentó su colección Carnaval, la misma que fue seleccionada para que apareciera en un especial en el Fashion TV.
Recuerda que la colección estaba enfocada a resaltar las siluetas de las mujeres, además de presentar ropa casual y elegante.
El hecho de que sus diseños fueran seleccionados y aparecieran en un especial en el Fashion TV, lo llevó a pensar que no se había equivocado de profesión.
Desde entonces Roberto, de 34 años, se dedica a diseñar. Hace 4 años, desde que regresó de Estados Unidos, se ha enfocado a la moda masculina. Uno de sus clientes es el arquero del Barcelona Máximo Banguera, que usó uno de sus trajes para una premiación.
“Antes la gente buscaba ternos ejecutivos ahora gracias a las redes sociales y a la globalización se ven las tendencias. Ya la gente no se limita a pensar solo en ternos sino que busca chaquetas que puedan quedarle con pantalones de tela. El estilo de los cortes también ha cambiado. Los slim fit en ternos se puede aplicar en camisetas y chaquetas, es decir son más entallados. El largo del pantalón ahora está diseñado para que luzcan los zapatos y las medias. Hace 4 años que alguien dejara ver sus medias era de loco o utilizar zapatos sin medias, ahora es la regla, antes era la excepción”, explica.
En 2012, este diseñador presentó sus creaciones en el Encuentro de Diseñadores Latinoamérica (DILA) en Guayaquil. En esa época, el creativo guayaquileño se inspiró en el Londres de 1800 con cortes sastres para hombres y mujeres.
Hace menos de un año Roberto incursionó en el diseño de calzado de colores, y con una técnica en particular: usar el cuero al revés.
Bertha Serrano, la mujer detrás de Fulgore
De todos los diseñadores en Ecuador, hay una joven que sorprende por su rápido ascenso y reconocimientos. Se trata de Bertha Serrano, que si bien nació en Quito se siente más guayaquileña que nadie.
Todo empezó cuando tenía 8 años y heredó una máquina de coser que su abuela usaba para los hilvanes. No sabía cómo utilizarla, pero ese regalo le permitió confirmar su gusto por la moda. “A mí siempre me gustó el arte. Era de las que dibujaba y me hacía vestidos, faldas cuando estaba en el colegio”, recuerda.
Bertha, quien es ingeniera en marketing, no estudió una carrera como diseñadora, pero se ha preparado con el tiempo.
El mismo día de su cumpleaños número 21 (2011) realizó el lanzamiento de novedosos lacitos para el cabello y más tarde incursionó en la moda con confección de ropa y calzado. Inicialmente contó con un fondo de apenas $ 2,500.
Su primera colección denominada Circus estuvo inspirada en el circo social del Ecuador. “Quise sacar los colores y plasmarlos en los diseños”, cuenta la creativa. Otras colecciones se inspiraron en los guayacanes y las orquídeas, lo cual se puede ver en algunos diseños de calzado.
A sus 23 años Bertha ya cuenta con una marca consolidada: Fulgore, que significa “brillo” en italiano. Blusas de colores, faldas largas, carteras y un sinnúmero de zapatos llenan el local ubicado en Urdesa, todo hecho con manos ecuatorianas.
Aproximadamente entre 20 y 30 docenas de zapatos son fabricadas semanalmente, mientras que para elaborar una cartera se tarda 2 días. La marca Fulgore cuenta con varios puntos de venta a escala nacional. Esta emprendedora asegura que para crear los diseños de Fulgore se inspira en la frescura de las personas. Siempre está dispuesta a escuchar lo que sus clientas necesitan, además de lo que ve en colores y tendencias.
En una ocasión, indicó que procura que cada diseño y prenda se adapte de manera fácil a sus clientas, porque cada una es un mundo.
Una estrategia de ventas de Bertha es compartir cada proceso de elaboración de un vestido o zapato a través de las redes sociales. “El cliente puede estar en contacto los 365 días con nosotros y saber todo lo que pasa en talleres y tiendas”. Por lo pronto, prepara su viaje a Londres, donde estudiará diseño de modas durante 2 meses.
Una de sus mayores competencias son las grandes marcas, pero cree que el consumidor ecuatoriano ya no quiere solamente comprar, sino sentirse parte del producto. “En Fulgore el lema es ‘Cómpralo, úsalo y sé feliz’. Esa es nuestra clave para seguir creciendo, damos productos personalizados, que pueden hacer feliz al usarlos”, dice.
El apoyo de sus padres ha sido fundamental en su crecimiento. Ellos siempre permanecieron a su lado para darle ánimo. Está convencida de que los emprendedores de ahora solamente necesitan confianza.
Elisa Martínez propone zapatos hechos a la medida del pie
Siempre le atrajeron los zapatos. Por eso, en su armario no podía faltar uno para cada ocasión. Hace 12 años la joven guayaquileña Elisa Martínez dejó de comprarlos y empezó a dedicarse a su diseño. En 2002 viajó a Milán (Italia) a estudiar arte, una carrera que siempre le atrajo. Elisa, de 33 años, antes de lanzar una colección procura que el zapato sea accesible, “no solo que luzca bien en la pasarela”.
Quien entra a su boutique, ubicada en el centro comercial de Village Plaza, de Guayaquil, puede encontrar desde atrevidos zapatos de tacón, hasta cómodas flats.
En su local hay zapatos de taco bajo y alto, de plataformas pequeñas, cerrados, con brillos y lazos. Otra de las novedades es que son zapatos hechos a la medida de cada cliente. Su primera colección tuvo 40 diseños, que eran solo muestras, pues luego cada cliente podía ordenarlos. “Teníamos una carta con diferentes diseños para escoger. Es algo personalizado para satisfacer las necesidades”, explica. Además de su gusto por diseñar zapatos, le encanta la pintura. Durante un buen tiempo asistió a cursos para aprender algunas técnicas en óleo y acrílico. Para conocer más sobre las lógicas del mercado, estudió Ingeniería en Administración de Ventas en la Universidad Católica.
Mónica Campaña busca vestir a la mujer real
A la hora de crear una prenda de vestir, Mónica Campaña se inclina por hacerla práctica “para la mujer real que vemos en la calle”.
“Hoy en día los diseñadores dejamos volar nuestra mente y quizás esos diseños no se adapten a la vida actual”, dice. En su atelier se pueden encontrar variadas telas con un distintivo en particular: piedras y encajes. Todos los diseños son hechos a mano.
Su primera colección estuvo inspirada en París, hizo trajes tipo cóctel y largos. “La hice con muchísima ilusión, traté de que tengan detalles extravagantes colores vivos como el rojo, rosado, negro y azul. Cuando hago un vestido a la medida tengo una cita previa que me permite conversar acerca de las necesidades del cliente y qué parte del cuerpo quiere destacar o disimular”.
Desde el lanzamiento Mónica maneja 3 líneas de ropa: vestidos bajo pedido, Inside Bride (vestidos para novia) y los Inside Basic, blusas, faldas o pantalones.