Pedro Ortiz Jr. intenta seguir el ejemplo de su padre
Sus múltiples actividades como conductor televisivo, columnista, jefe creativo, guionista, locutor, animador, músico, rockero, humorista y luchador de ROW (Revolution of Wrestling) le otorgan a Pedro Ortiz Jr. el título de versátil. No obstante, recalca que es durante su faceta paternal cuando realmente debe aplicar este término.
Es que para Pedrito, como le dicen los amigos, su prioridad creativa se ubica al máximo cuando llega a su hogar y debe adaptarse a las distintas circunstancias que generen sus hijos Joellen, de 15 años; Pedro Andrés, de 7 años; Pedro Ezequiel, de 2, y Pamela Luciana, de 9 meses.
Explica que aunque no existe en el mundo un manual de instrucciones para ser buen padre, el ser hijo de un gran hombre como lo fue el ex conductor de ‘Chispazos’, Pedro Ortiz Díaz, le da un gran ejemplo a seguir. “Pese a las múltiples actividades que desarrollaba como empresario, animador de eventos y televisión, mi padre siempre se dio tiempo de comer con nosotros. Fue un gran guía y consejero, quien fomentó en mí la lectura, la honestidad, la humildad, la generosidad, el respeto y la tolerancia. Estos son modelos que tengo muy arraigados y comparto con mis pequeños. Ahora espero que se convierta en un legado para mi nueva generación genética”, mencionó.
Viajes a la playa, pesca artesanal, juegos de fútbol en el parque de la ciudadela La Saiba, o una de las miles de pláticas que mantenía junto a su progenitor camino al colegio y posteriormente al trabajo son algunas de las anécdotas que guarda no solo en su memoria sino también en su corazón.
Reconoce con una voz entre cortada y hasta nostálgica, que los tiempos han cambiado y que pese a sus miles de intentos de organizar bien su tiempo, a veces no cumple con sus propias expectativas paternales, lo que lo lleva a cuestionarse: “¿por qué no soy tan bueno como mi padre?”... Luego de unos minutos entiende que todo es parte del aprendizaje y de la vida misma.
Con tan solo 7 años, su hijo Pedro Andrés hace un comentario muy maduro para su edad. El pequeño, al contrario de las últimas palabras de su padre, opina que él le brinda un ejemplo inspirador y se siente orgulloso de ser su hijo. “Me da la confianza de creer en mi potencial; es como tener la certeza de que si me preparo bien yo también puedo ser un gran orador, escritor de un medio con prestigio como este o tal vez me convertiré en un gran creativo de la TV”, manifestó.
Su padre acota que el extenso léxico de Pedrito Andrés es gracias a la lectura, ya que desde muy pequeño al igual que él ha mostrado su inclinación hacia la oratoria.
Algo más tímida es Joellen, quien explica que el conductor de ‘Cámbialo: Pantalla chica, infierno grande’ (Canal Uno) es igual que cualquier otro padre: respetuoso, conciliador, generoso, pero sobre todo cuidadoso, entiende que su “atención” es gracias a su complicada edad (15 años). “Mi generación es muy distinta a la de él, ahora existen más peligros -de eso estamos conscientes todos- por eso él y mi madre están al pendiente de que las cosas marchen bien y que pueda vivir una adolescencia tranquila. Ambos me observan respetando mi espacio y sin exageraciones”, comentó.
Su esposa Roxanna Serrano aportó que la misma calidad de tiempo le brinda a los dos niños más pequeños, con la diferencia de que con ellos es más “chocho”. “Ezequiel es como su chicle, va con su padre a todas partes, ambos tienen un lazo de complicidad impresionante, además está aprendiendo a hablar y es maravilloso porque todo lo aprende directamente de su padre; por otro lado está Pamelita, la niña de sus ojos. Ella tiene una conexión que va más allá, aunque no habla se entienden muy bien, es difícil de explicar”, sostuvo.
Aportó que aunque Pedrito no es de los padres que cambia pañales, a él no le da pena trasnochar en un hospital cuando se enferman sus pequeños, aunque al siguiente día le toque madrugar.
Otros adjetivos calificativos como: amable, juguetón, alegre, acolitador y hasta excelente cocinero, son los que Joellen y Pedro Andrés enumeran en referencia al “Peso pesado de la televisión”. No obstante, agregan que lo que más admiran es su gran corazón y generosidad para con los demás.
Pese a todos los comentarios que emiten sus familiares, Pedrito Jr., de 36 años, no considera que por trasnochar, cuidar a sus hijos, ayudar al prójimo o hasta prepararles una comida especial sea un gran padre, pues indicó que todo esto viene de la mano con su responsabilidad y con el amor explícito de la paternidad.
“Aunque es muy agotador dividir el tiempo con 4 niños, considero que mi vida sería muy triste sin familia. Me gusta que me digan que me quieren, me encanta que me besen y me digan que me aman. Es mi necesidad diaria preocuparme por los compromisos que tengo con ellos y, aunque amo mi trabajo, pues soy un escritor apasionado, amo mucho más a mi familia. Mi padre siempre me enseñó a dividir el trabajo con el hogar, anteponiendo siempre a su esposa e hijos como su pilar fundamental, ahora entiendo el porqué, ya que son el eje de mi existencia”, concluyó.