The Crown retoma sus raíces de forma acelerada
Marzo de 2018 pasará a la historia metalera como el mes en que Judas Priest presentó su consistente Firepower, todo un hito musical para cualquier amante del género.
El tercer mes de este año sumó, además, otros imponentes lanzamientos dentro del heavy metal más tradicional: Blaze Bayley publicó The Redemption of William Black – Infinite Entanglement Part III; Michael Schenker puso al mundo a rockear con Resurrection y Axel Rudi Pell convocó al virtuosismo con su Knights Call.
El lado más extremo también gozó con buenas placas: Necrodeath compuso el oscuro The age of dead Christ, Pestilence su poderoso Hadeon y Primordial el majestuoso Exile among the ruins.
Entre tanta maravilla –y pese a los apocalípticos que estos años han augurado el fin del trabajo discográfico– hubo una obra que destacó por su calidad, consistencia y potencia: el magnífico lanzamiento de los suecos The Crown titulado Cobra Speed Venom. Con casi treinta años de carrera, la banda sueca regresa para demostrar al mundo que todavía tienen tela que cortar. Luego de un decepcionante y tímido Death is not dead de 2015, la agrupación se presenta en su mejor forma y ofrece al mundo la que, seguramente, es su mejor grabación hasta la fecha.
The Crown se formó en la pequeña ciudad de Trollhättan, situación que no les permitió gozar de la inmensa popularidad de otras bandas suecas del género. La trayectoria de esta gran agrupación nunca estuvo libre de problemas; fundados como Crown of Throns en 1990, tuvieron que dejar ese nombre por una demanda judicial que les obligó a acortarlo a The Crown. A pesar de las vicisitudes conservaron su núcleo creativo conformado por el portentoso bajo de Magnus Olsfelt, las incisivas guitarras de Marko Tervonen y los estruendos guturales de Johan Lindstrand. Actualmente, la alineación se completa con los aportes de Robin Sörqvist en las guitarras y de Henrik Axelsson en la percusión.
Cobra Speed Venom es un álbum bien producido y masterizado; cada uno de sus temas se engrana con el anterior dando como resultado una obra poderosa, brutal y cargada de veneno sonoro. El arte del disco se lo confiaron al joven Christian Sloan Hall (que ha trabajado con Amon Amarth o Blood Tsunami) y representa a un grupo de furibundas almas a las que se prepara a estrellarse en una ola de ira, contra la cabeza de quien escuche el álbum.
Una sobrecogedora introducción con violonchelos da paso al impresionante destroyed by madness en los que es solamente un aviso del poder contenido que se avecina. Destaca en todo el disco la contundente batería de Axelsson combinada con los ‘alaridos’ de Lindstrand que dan como resultado poderosas ráfagas en forma de canción; muestra de esto son “necrohammer” o “in the name of death”
Más experimentales hacia su lado thrasher suenan las espesas “iron crown” o “the sign of the scythe” en las que la combinación de las guitarras con la percusión crean atmósferas cargadas de malsana energía. “The great dying” empieza con una contundente y lenta base rítmica que invita a mover la cabeza sin parar, mientras que “rise in blood” parece diseñada para formar un pogo interminable.
Mención especial merecen “we avenge!”, todo un himno de guerra y la canción que da título al álbum: “cobra speed venom”. No hay desperdicio en esta obra; cada pista contribuye con la consolidación de un trabajo notable de metal extremo. A pesar de lo variado de los temas y de los arreglos musicales, todo parece ocupar un orden bien establecido.
El regreso de Priest
Firepower es un poderoso combo de los británicos Judas Priest. Incluye 14 temas brillantemente producidos por Tom Allow (célebre arquitecto de la banda hasta el disco Ram it down, que cumplirá dos décadas en poco más de un mes) y Andy Sneap (productor de Accept, Kreator, Megadeth, entre otros), quien será el substituto de Glenn Tipton en la gira que llevará a Judas por todo el mundo este año.
Este disco nos muestra a unos Judas inspirados. A Richie Faulkner (guitarra) se le siente mucho más integrado con la voz de Rob Halford que, a pesar de los años, todavía acaricia esas octavas imposibles. La base rítmica de la banda también se muestra atronadora y poderosa. Vale destacar el gran trabajo artístico realizado por el chileno Claudio Bergamin en la impresionante portada. Un clásico contemporáneo. (O)
Disco del mes
Cobra Speed Venom
El sencillo “Iron Crown” de esta banda sueca de death/thrash metal fue el anticipo de su más reciente placa, producida por Metal Blade. Su rapidez y concisión es un anzuelo en que picarán los seguidores del género. Esta suerte de reivindicación luego de su último trabajo hará que agiten la melena hasta el placer del dolor.