Enmarcados en el metal extremo y el speed metal tradicional respectivamente, la música de Rotting Christ y Skull Fist hace pensar que su audiencia puede estar segmentada, aunque para quien valora el metal sin restricciones el que coincidan en hora y fecha —pero no en lugar— ya es un dilema.

Tras un mes de eventos que tuvieron buenas asistencias (más de 9 mil personas convocadas por Cradle of Filth, Ilegales, Kraken y Rata Blanca), la expectativa por que estos shows convoquen a centenares de oyentes crece, y esta vez los auditorios elegidos (en el norte de la capital) reúnen las condiciones para que cada concierto tengan la calidad requerida por sus músicos.

Si todavía no has decidido a cuál ir, en Cartón Rock exponemos las razones (musicales y hasta literarias) por las cuales estos espectáculos merecen la atención de todo metalero:

Rotting Christ presenta The Heretics (2019) 

- Trayectoria: El cuarteto griego es uno de los referentes del metal extremo desde su formación, en 1987. La línea compositiva, que varía en cada disco, ha sido obra del guitarrista/cantante Sakis Tolis (Necromayhem) y el baterista Themis Tolis (Necrosauron), en 13 álbumes de estudio, una docena de EP y singles presentados en más de 1.250 shows en todo el mundo, uno de los cuales fue en Granilandia, al oriente de Quito, el 7 de junio de 2008.

- Su último disco: The Heretics (del sello Season of Mist) fue publicado en febrero de este año y, a decir del historiador Leonardo Zaldumbide, se decanta por sus himnos: “adornadas composiciones que también se asemejan a cantos religiosos”. Aunque lo suyo no ha dejado de ser la herejía, alimentada esta vez por el pensamiento de algunos personajes que han marcado la historia humana. Fyodor Dostoievski, Mark Twain, Friedrich Nietzsche, John Muir, John Milton, Thomas Paine y William Shakespeare aparecen en sus líricas.

Para la canción “Vetry Slye - Ветры злые” (“Vientos malos”, dedicada a Muir) contaron con la voz de Irina Zybina como corista; y en “Hallowed Be Thy Name”, Stelios Steele declama textos poéticos del autor de Hamlet; mientras que “Fire, God and Fear” es una pieza en la que aparece una frase de Voltaire en forma de advertencia: “Aquellos que te hacen creer en absurdos, pueden hacer que cometas atrocidades”.

- El género: Aunque empezó como un híbrido entre death metal y grindcore, las primeras placas de Rotting... hicieron que configure el sonido death/black de Grecia, junto a bandas como Varathron o Elysian Fields. Pero la progresión en cada disco (han explorado la música tradicional de su continente y otras latitudes) los ha tornado inclasificables, con hitos aclamados por sus seguidores en las obras: Aealo (2010), Κατά τον δαίμονα εαυτού (2013) o Rituals (2016), además de su más reciente produucción.

- El lugar: El segundo concierto de Rotting Christ en Ecuador será al norte de la ciudad, en un auditorio que ha acogido recitales como el de Terrorizer, en marzo pasado. Las puertas se abrirán a las 19:30 y el aforo es de 400 personas. Las entradas tienen un precio de $ 40. Más información en: musicahibrida.com

Su gira actual, luego de varias veces de haber arribado a Sudamérica, incluyó a tres ciudades brasileñas la semana pasada. Esta noche tocarán en Asunción, Paraguay; el miércoles en Santiago de Chile y de Ecuador irán a Colombia y México.

- Los teloneros: Los blackmetaleros Incarnatus y Demolay serán las bandas en presentarse antes de los griegos. La primera presentó su disco, El Reino de los dioses caídos (Tanatofobia & Ritual Macabre, 2019), el pasado 30 de mayo, en Guayaquil. Y la segunda se encamina a presentar su primer larga duración en agosto, con el nombre Abissum Invocant.

Skull Fist presenta Way of the Road (2018) 

- Trayectoria: El quinteto canadiense se ha hecho un lugar en la escena del heavy metal desde su formación, en 2006. Su estilo tiene como marca a la voz y guitarra de Zach Slaughter, el fundador del grupo que destaca por alternar sus melodías con las cuerdas de Jonny Nesta y Casey Guest, siempre acompasadas al speed de la década de los ochenta, aunque con tonos que lo hacen comparable al joven Klaus Meine del disco Blackout (Scorpions, 1982). Cinco álbumes son la prueba de la calidad compositiva de Skull Fist antes de su debut en el país.

- Su último disco: Way of the Road (Napalm Records, 2018) incluye un riesgo asumido por sus compositores: dejan de lado la velocidad constante que los caracteriza, para presentar acordes de medio tiempo que los transportan de una acelerada new wave londinense al Sunset Strip de bandas como Dokken o Mötley Crüe, aunque luego hagan guiños a Van Halen.

En el tema "No More Running" hay un punto intermedio: las guitarras gemelas de Slaughter y Nesta hacen saber porqué al segundo le llaman “Exciter”, como la canción de Judas Priest. Y el bajo de Guest teje una base rítmica con la batería de JJ Tartaglia para que los solos brillen con una precisión que los lleva al punto más alto de sus composiciones.

- El género: Aunque en Chasing The Dream (2014) llegaron a tejer sus melodías con una velocidad insusitada, ahora incursionan en una cadencia que los acerca a Cauldron, sus vecinos de Toronto. Cada riff engancha como un salto al pasado y los inscribe en el libro de los nuevos referentes de la llamada “nueva ola del heavy metal tradicional”, que incluso ha tenido sus ecos en España, con bandas como Ciclón, Agresiva o Wild.

- El lugar: El primer concierto de Skull Fist en Ecuador será en el auditorio Boho Park (Iñaquito y Villalengua), que antes ha sido el predio de conciertos como los de Muro, Riot V y Enforcer. Las puertas se abrirán a las 18:00 y el aforo es de 600 personas. Las entradas cuestan $ 50, pero tendrán descuento si se adquieren junto a las del concierto de Raven y Leather ($ 95), que será el 13 de junio.

Su gira actual inica en Bogotá, el jueves 6 de junio, y luego de Quito tocarán —a día seguido— en Lima y Juliaca. Chile, Argentina y cuatro ciudades brasileñas forman parte de su itinerario.

- Los teloneros: Las “Sesiones en vivo”, en marzo pasado, fueron la serie de shows en que las bandas Arkoxia (speed metal), Demolisis y Deathweiser (thrash) concursaron en la tarima Back to Bar para que el público los eligiera de entre media docena de bandas. Las dos últimas han interpretado sus temas fuera del país. (I)