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El Telégrafo
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Ente estrena su cuarto disco con la paradoja de haber nacido muerto

De izquierda a derecha: Germán Mora, bajista; Nelson Rodríguez, guitarrista; Daniel Cisneros, vocalista; Igor Icaza, baterista; Javier Enríquez, guitarrista.
De izquierda a derecha: Germán Mora, bajista; Nelson Rodríguez, guitarrista; Daniel Cisneros, vocalista; Igor Icaza, baterista; Javier Enríquez, guitarrista.
Fotos: Mario Egas / El Telégrafo
14 de junio de 2019 - 00:00 - Luis Fonseca Leon

En el cuarto de ensayos hay un par de platos y una pandereta colgados de las paredes. Todo sobre esponjas y cubetas de huevos que aíslan los sonidos de la batería y, amplificados, los de guitarras, bajo y voz. Esos muros vibran desde el tercer piso hacia abajo y suelen sentirse en las casas contiguas del conjunto del barrio El Inca.

La banda que ensaya es Ente, quinteto de death metal que interpreta los ocho temas del disco Nacido Muerto, el cuarto de su discografía. Las composiciones tienen la marca del grupo, una reconocible a lo largo de sus 28 años de trayectoria: guitarras distorsionadas sobre un potente bajo y una voz bronca que se alterna entre graves y agudos.

La batería es otra de las muestras de la maraña sonora que empezó, en 1989, con el nombre de Bestia Negra y, oficialmente en 1991, como Obertura, para convertirse en Ente a mediados de los noventa. El sonido seco de la guitarra (ESP negra) de Nelson Rodríguez es, sobre todo, una distorsión que sostiene sobre pedales Blackstar, junto a Javier Enríquez (y su Paul Reed Smith roja).

En la mitad del disco está la canción “The Punishment Sanctuary”, que tiene letra y música de Enríquez y arreglos de Igor Icaza. Hay partes que suenan, tienen el color de las guitarras pesadas de Napalm Death y otras de Dying Fetus, explica el baterista.

Ente no ha dejado de lado el grindcore, de hecho, el guitarrista Daniel Herrera (de la banda Unfathomable Ruination) colabora con un solo del estilo noise en el tema “Remanentes”, al final del disco. Y la intro es obra de Jofiel Icaza en los teclados.

El bajista Germán Mora compuso la música de “Trephination”, de la que grabaron un videoclip hace cuatro años. Es un tema complejo que retoma los tópicos existenciales de la banda. Icaza escribió la letra que alude —en inglés— a un “heredero de la desdeñable identidad”, quien “habita en la penumbra huérfana de la conciencia”.

Horadar el cráneo propio para curarse, como en una purga, es la idea y sensación que deja esta pieza musical. Y el nombre del disco es, a todas luces, una paradoja: no llegar a nacer o hacerlo para morir por causas miserables, políticas y hasta espirituales.

Ente no rehúye al debate político mientras habla de la muerte y Mora —que practica sentado porque tendrá tres ensayos en bandas distintas el día que este diario los visita— explica el tono de la banda de forma más contundente: “se trata de encontrar la mayor puerquedad posible en el sonido para que sea furioso, lo haga entendible”.

En “Trephination” intercalan silencios con voces agudas y un par de frases limpias, sin entonación, planas (“Thirst of being, trephination”), exigiéndole a Cisneros, quien modula sus propios arreglos, luego de que han sido concebidos por los instrumentistas.

Las cuerdas vocales van después de las de acero, en otras palabras. “Transgresión” fue compuesto por Rodríguez, en un proceso que llegó como idea-riff a su mente, y que ahora conforma la obra completa.

El arte gráfico de Nacido Muerto 
La portada que diseñó Nelson Rodríguez puede enmarcarse en el realismo fantástico del sueco H.R. Giger. De hecho, es un humanoide que surge de un entorno de neón y cobre y está rodeado de criaturas-gusanos metálicos como las de la película Alien (Ridley Scott, 1979).

En nuestra especie hay ceguera, dice el guitarrista, una que impide ver que lo humano está en el lado oscuro del mundo. “Las personas creen que son la mejor parte de la existencia, pero es lo contrario”, concluye.

El arte del disco es el mejor que ha creado el diseñador de toda su discografía (EP y singles). Y estamos frente al trabajo mejor logrado de Ente en casi tres décadas. (I)

Disco 2019

NACIDO MUERTO
Si en el demo Morada de Dioses (2002) Ente tenía toques de Morbid Angel, en esta placa aparecen Dying Fetus y Napalm Death para conformar su particular sonido.

En la presentación del disco se podrá notar el uso de pedales blackstar en las guitarras, que no fueron usados durante la grabación. (I)

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