El duramen del algarrobo es apreciable para sistemas constructivos, además como leña, ya que demora en consumirse y produce un agradable olor. De las ramas y de los sobrantes de los raleos se fabrica de manera artesanal carbón.
El fruto del algarrobo es una vaina rica en azúcares, proteínas y minerales como calcio, hierro y fósforo, por lo que se usó en alimentación humana, ahora usada como forraje. También se extrae una miel de sabor agradable que, usada en pastelería e ingerida de manera directa, es energizante natural.
Las semillas tienen cualidades antiinflamatorias y antibióticas. Este árbol tiene la virtud de fijar nitrógeno natural al suelo. Existe un buen ejemplo de agroindustria asociativa, Microempresa Don Alejo, en Jipijapa.
Es importante reconocer la labor de la Subsecretaría de Producción Forestal, que en la administración del Ing. Pablo Noboa creó el programa de Incentivo forestal. Implantemos un bosque de algarrobo.
Pedro Pablo Jijón Ochoa