Estulticia o ingenuidad histórica la de quienes pretenden -desde el Cabildo capitalino- desconocer la validez de la ordenanza municipal que prefiere cantar la estrofa libertaria del Himno a Quito, en lugar de la colonial y servil.
¿Cómo amó España a la ciudad y al Reino de Quito conquistados? Aquí van algunos hechos históricos:
1. Impuso, a sangre y fuego, con la cruz y la espada, autoridad, idioma y religión.
2. Instauró la servidumbre y la esclavitud, obligando a los aborígenes al trabajo extenuante en mitas, obrajes y encomiendas.
3. Ante la resistencia indígena, utilizó la política de tierra quemada, asolando sembríos y caseríos. Pasando a cuchillo a las mujeres, arrojando a los barrancos a los niños de brazos, cortando manos, narices y orejas de los insurrectos e insumisos.
4. A fin de ‘extirpar la herejía’ instauró el Santo Oficio, cuyo papel fue mandar a la hoguera a los ‘herejes’ reacios a aceptar la extraña y lejana evangelización.
5. Carga con el oro y la plata de las comarcas conquistadas, en cruel intercambio de la vida del inca Atahualpa por las riquezas usurpadas, al cabo de lo cual lo asesina.
6. Justifica todo ello y mucho más, desde el calificativo de bárbaros a los pueblos aborígenes, ‘nacidos para ser esclavos’.
7. Ya hacia los años previos a la independencia del yugo español, asesina
-por órdenes del conde Ruiz de Castilla- al pueblo de Quito, en brutal genocidio, en las calles de la ciudad, cuando los heroicos habitantes pretenden rescatar a los próceres de la independencia.
Por citar solo algunos hechos relevantes de la conquista española y la colonización. Pero las mentes neocoloniales de los ‘pelucones’ de hogaño, aquellos con arrestos de sangre azul, sangre ibérica, intentan alargar el cordel de la dominación, del cual, el general Rumiñahui dijera: “No hay cordel tan largo que pueda atarnos”.
Y no lo hay.
Jaime Muñoz Mantilla