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De un momento a otro han salido a recordarnos los versos y hablarnos de nuestra querida Violeta Parra, esgrimiendo casi risibles pasajes de solidaridad con los estudiantes y con ella, como que la han conocido desde siempre y dizque han alzado el puño izquierdo en algún momento de su vida.
Es como que en el diario El Mercurio, de Santiago, aparecieran los versos de Violeta en los tiempos que el compañero presidente era vilipendiado por los estudiantes de extrema derecha de Patria y Libertad, que la Unidad Popular los bautizó con el remoquete de ‘patas y libertinaje’, y alguna columnista dedique su bello poema y su música a los fascistas que todas las tardes se concentraban para agredir a los militantes de izquierda.
Si la derecha está encantada con defender a sus futuros guarimberos, así como les conviene evocar los versos de Violeta a los estudiantes, es obligación pasar la película completa. De su compromiso con un militante comunista nacieron sus hijos Ángel e Isabel, ambos militantes comunistas; en el 54 visita la Unión Soviética, en el 61 acude al Festival Mundial de las Juventudes Democráticas en Finlandia y se solidariza públicamente con la Revolución Cubana y vuelve a visitar la Unión Soviética invitada por el Komsomol.
Junto con Víctor Jara, asesinado por el fascismo en el estadio de Santiago, Inti Illimani, Quilapayún y otros cantores comprometidos con la Unidad Popular, recorren ese Chile próximo a llevar a un socialista como presidente. Esa es la verdadera Violeta, compañera y cantautora solidaria, pero ante todo, y para despecho de sus hoy admiradoras, militante comunista.
Ing. Salomón Fuentes Vidal, Esp.