Así titulaba el diario Expreso la noticia del triunfo del comandante Chávez en las elecciones del 7 de octubre en Venezuela, con la misma tónica, el diario El Comercio, en su edición del 8 de octubre de 2012, en su primera página titulaba: “Venezuela tiene dos visiones”.
Para cualquier lector medianamente prevenido, encabezar de esta manera la noticia sobre un proceso electoral en el que hubo claramente un triunfador, revela una clara intención de minimizar la victoria de Chávez y maximizar la figura de Capriles, con el claro propósito de escamotear el principio de que es la voluntad mayoritaria la que define por dónde se ha de conducir un país.
Resulta obvio que en todo proceso electoral exista un ganador y uno o varios perdedores, y no por ello el país se parte en pedazos. Afirmar que “Hugo Chávez presidirá otros seis años con un país partido en dos” revela el desencanto de los dueños de muchos medios de comunicación, por la pérdida del candidato que mejor representaba su visión o sus intereses.
Que duda cabe respecto a que lo publicado, más una noticia, es una opinión disfrazada como nota periodística. La puesta en escena del hecho es directa y no bien intencionada, buscando tener un impacto en el lector, con la finalidad de generar dudas y miedos sobre el futuro de un país “dividido” y dirigido por quien en una construcción simbólica de estos medios, pese a haber ganado múltiples elecciones y consultas populares, lo presentan como un “dictador”.
Por ello resulta cuestionable no solo la forma de titular ciertas noticias sino cómo, de manera desembozada, algunos medios en no pocos casos distorsionan y sesgan la información.
Adelantar resultados presentando a Capriles como ganador, hacerle aparecer como que había superado a Chávez en la intención de voto, el sembrar miedo y dudas sobre el proceso, son una clara manifestación de la perniciosa injerencia de intereses extraños en la delicada tarea de informar correctamente.
Jaramillo Víctor Hugo
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Ambato, 1 de noviembre de 2012