En Ecuador no existe en los actuales momentos una corriente social que imprima optimismo, satisfacción que oriente hacia un horizonte promisorio.
Que descubra en cada barrio, en cada pueblo, en cada ciudad la motivación para tener un país jubiloso. Solo escuchamos quejas, pesares, desasosiego y, aunque algunos no lo admitan, hay una bruma enrarecida en el ambiente.
Se está desvalorizando uno de los pilares en que se sostiene el Estado, que es la verdad. Hoy priman los medios conceptos, los comentarios claroscuros, perturbándose así el normal desarrollo del país.
En esos sobresaltos es donde hace cosecha la violencia. Hay que reencontrar la verdad. Esa verdad sublime que concede el honor, que nos hace libres, aquella que es luz, fortaleza, alegría y bienestar. (O)
César Antonio Jijón Sánchez