El domingo 6 de enero de 2019 Diario Expreso en su sección Opinión publicó el editorial “Pendientes de Salud”, en el que se recuerda que las organizaciones mundiales de salud se propusieron hace más de dos décadas un tema desafiante. “Salud para todos en el año 2000”. El editorial menciona problemas en la administración de la salud pública del país, señalando que no se da una adecuada planificación o existe una ausencia de control en las autoridades.
En el tercer párrafo dice: “Todavía no está clara la razón por qué se decidió cerrar el hospital Alfredo Valenzuela, ahora se argumenta con insensatez, señalando que no cabe invertir en su puesta al día porque sería hacerlo en un terreno que no es propio. Con ese criterio entonces no debió construirse nunca en su actual ubicación, pero ahí funcionó durante largo tiempo”.
La gravedad del asunto de la tuberculosis y la agudeza de los criterios emitidos ameritan una exposición de motivos razonados por parte del Ministerio de Salud o por parte de la Zona 8 dependiente del Ministerio de ramo en la provincia del Guayas. Pero eso de ignorarlos guardando absolutos silencios para consolidar la acción tomada contra el hospital no es sino poner en tela de dudas la resolución del cerramiento.
No recuerdo haber leído una publicación que contradiga o aclare los editoriales y sesudos “cañonazos”. Habiendo leído si declaraciones “Que los edificios fueron construidos antes de que existan normas sísmicas”, “Que los terrenos no son propios”, “Que por la mala limpieza y poca manipulación de los desechos sólidos” a vuelo de pájaros puntualizamos: Que este hospital en el cerro del Carmen, construido sobre roca, no le afectan los movimientos telúricos (pasan inadvertidos).
Los diez edificios que tiene el hospital constan de columnas y vigas de 40 o 45. cent, de ancho. En el año 2012 fueron modernizados. Se dotó de tecnología de punta en los Dptos. de cirugía, nutrición, lavandería con calderos nuevos, modernos consultorios de atención externa.
César Antonio Jijón Sánchez