Muy estimado Orlando Pérez, reciba un saludo de Raúl Escobar, rector del Conservatorio Nacional de Música de la ciudad de Quito, fundado por el general Eloy Alfaro el 26 de abril de 1900.
Escuché hace un par de días una estimulante entrevista que usted hizo en Radio Pública en el espacio del noticiero de la mañana en el horario de 6:50 a 7:50 al Dr. Ramiro Noriega, rector de la UArtes del Ecuador. Es importante que se haya tomado un tema postergado por la trayectoria histórica de una sociedad como la ecuatoriana que ha reverenciado -reverencia- a las ciencias mientras desprecia a las artes.
Fue en suma de gran alegría la aclaración del señor rector Noriega en razón de la articulación de los conservatorios superiores y la UArtes, una articulación que toma en cuenta a los conservatorios de bachillerato bajo la rectoría del Ministerio de Educación, donde los niños y jóvenes comienzan una formación especializada en música.
No fue grato, sin embargo escuchar su comentario acerca de lo “fea” que le resulta la palabra: conservatorio, sin duda su sentir es legítimo y a continuación se preguntó: ¿Qué conservan los conservatorios? Pregunta que evidentemente al Dr. Noriega no le correspondía aclarar.
Pues sí, estimado Orlando, los conservatorios aparecieron para conservar, en el siglo XVIII en Europa para salvaguardar a niños en la orfandad y darles un oficio: la música, así se conservaba a esos niños de la miseria y la desocupación. Esas instituciones acogieron a nombres como Tomás Luis de Victoria, Quantz y hasta el hijo de W.A. Mozart, cuando su padre murió. Es algo que Antonio Abreu volvió a hacer en Venezuela con el sistema de orquestas. Los conservatorios tienen esa tradición, la de conservar la tradición de la técnica e interpretación instrumental y también la creación de la música occidental, denominada comúnmente ‘clásica’, espero que los prejuicios que a veces política e ideológicamente se hacen sobre la producción de esa música que empieza en Europa y que desde finales del siglo XX se expande por todo el mundo a través de los nacionalismos, como sucedió con la música de Chávez y Revueltas, no sea también uno de los agravantes que afean su percepción personal de la palabra conservatorio.
En 1900, el Gral. Alfaro decide fundar un conservatorio con el fin de engrandecer y perpetuar el arte de la música de la nación, 15 docentes italianos llegaron desde Chile y, gracias a su paso por este país, Ecuador tuvo la primera generación de músicos nacionalistas como: Sixto María Durán, Carlos Amable Ortiz, Segundo Luis Moreno, quienes a su vez propiciaron una segunda generación, reconocida mundialmente, de músicos nacionalistas, tal es el caso de Luis Humberto Salgado y Gerardo Guevara, entre otros. Los géneros de la música popular ecuatoriana que se manejaron en la primera mitad del siglo XX fueron definidos por esta generación producida por el conservatorio.
Actualmente, el Conservatorio Nacional de Música se encarga de la formación especializada en música para niños y jóvenes desde los 7 años de edad, es una institución pública y gratuita sujeta al Ministerio de Educación y ofrece un título de Bachillerato en Artes, seguidamente viene el Conservatorio Superior regido por la Senescyt y con sus propias autoridades y asume la formación netamente profesional, la misma que se articulará, como lo dijo el Dr. Noriega con la UArtes.
Prof. Raúl Escobar Guevara-SMP
Rector del Conservatorio Nacional de Música
Músico-Guitarrista y Pedagogo
