El martes 31 de julio de 2012, con mi esposa y un amigo fuimos a comer a la Plaza Foch y entramos a uno de los tantos restaurantes. Solicitamos la carta y cada quien pidió lo que gustaba, en mi caso solicité un sándwich de pollo.
Cuando comí un poco del pollo me percaté de que estaba relleno de tocino, pensé que me había equivocado al hacer la orden y volví a pedir la carta y efectivamente decía sándwich de pollo.
Llamé a la persona que nos atendió y le referí lo que ocurría, me dijo: “Ud. tenía que haber preguntado cómo es el sándwich”. Le respondí: “Sándwich de pollo es muy claro; la carta del restaurante debería especificar que lo que ofrecen es un sándwich de pollo relleno con tocino, entonces yo no lo habría pedido, pues por prescripción médica no puedo comer tocino”.
Me desagradó la actitud y la respuesta de esta persona, por lo que me acerqué al administrador y le comenté lo sucedido y ni siquiera ofreció sus disculpas.
Permanecí en el lugar debido a que estaba con muy apreciados acompañantes y no quería transmitir mi molestia a ellos. Las autoridades deberían controlar los establecimientos para dar una atención adecuada en la Plaza Foch, que es un ícono del turismo urbano en Quito.
Enrique Cobo Bustamante
C.C. 171071791-7