Quiero compartir un escrito que hice sobre una buena experiencia en el IESS, en Ecuador. Será una serie de casualidades o, como dicen, ‘suerte de principiante’, pero después de saber cómo son las cosas del Seguro Social en Colombia, de los millones de quejas y días enteros que toca pasar en trámites sobre trámites innecesarios, tengo algo positivo que decir sobre el sistema de salud pública de Ecuador, el IESS, enmarcado en la condición de países hermanos y, en general, con los malestares del Tercer Mundo, está claro que no es Suiza o Londres, ciudad que en los pasados Juegos Olímpicos recibió premios por su sistema de salud.
En este caso particular en Guayaquil, Ecuador, puedo dar buena fe de que hay cosas que han cambiado para mejorar, comenzando por la solicitud de la cita médica, esta fue sin grandes inconvenientes por medio del sitio web donde, con mi número de registro y clave, pude seleccionar entre los hospitales y doctores disponibles y asignar mi cita para el mismo día, por cierto, una hora después de solicitada. Como dice la recomendación, llegué media hora antes y en general mi tiempo en el hospital no fue mayor a una hora y media, teniendo en cuenta que tocó hacer una fila para registrarse en el sistema y otra para que el médico de turno te atendiera.
Doctora un poco ‘tosca’ pero, a la final, diligente con sus funciones; aparte de esto, reconozco que conté con ciertos percances menores (par de fotocopias, del pasaporte y del registro en el sistema de seguridad social que debía presentar para verificar mi legalidad en el país por ser extranjero). Pasado esto, me dieron la orden para unos medicamentos y para unos exámenes que debido a la hora me tocó regresar al día siguiente (nada grave, ya que el hospital asignado lo pude seleccionar cerca de mi actual domicilio). Al día siguiente, temprano, a las 07:45 (por tener inconvenientes con eso de levantarme temprano) llegué al hospital y los medicamentos fueron entregados -totalmente gratis- en menos de 15 minutos (una fila de 5 personas). Para sorpresa mía, después me enteré de que existe un servicio de ‘delivery’ gratuito de los medicamentos para el siguiente día, si así lo quería (Después de las 09:00 la fila para esto sí se volvió algo larga.).
Entre todas estas situaciones, lo más demorado fue esperar que me asignaran la fecha de mis exámenes médicos, lo cual, después de coger mi respectivo turno con más de 100 por delante, me dispuse a salir a desayunar algo y coger este tema con la calma del caso. Regresé después de 50 minutos, cuando ya faltaban 40 turnos para el mío, estaban 3 funcionarios atendiendo y en total no se fueron más de 2 horas. Y siendo que los exámenes fueron asignados para dentro de una semana -de los cuales tampoco me iba tocar asumir ni un solo centavo- me sentí muy bien servido. Es importante aclarar que todo esto sucedió en la parte de consulta externa de un hospital de nivel popular, público, repleto de personas, además de que mi caso no fue de urgencia y, sin embargo, pude contar con un servicio decente, que en su totalidad no requirió más de tres horas y media.
Por otro lado, es de incluir en este texto muchos comentarios de usuarios que poseen medicina privada o prepagada en Ecuador y que por ningún medio dejan de aportar al IESS ya que es “es importante tenerlo en caso de algo serio”, palabras textuales, que me remiten al hecho que confían, de forma directa o indirecta, en el Estado y que en relatos cercanos se ha visto cómo el Estado no coloca ‘peros’ a la implementación de recursos que, como bien sabemos, pueden ser sumamente costosos y dejar en la bancarrota a cualquiera. Quedo sorprendido, ya que los comentarios del sistema de salud ecuatoriano, antes del actual Gobierno, parecían fiel copia de los argumentos y críticas que a diario se escuchan en mi país.
Andrés Alberto Aldana
