“Padre nuestro, dame fuerzas para hacer menos pesada la carga que soporta el pueblo ecuatoriano”, Asaad Bucaram. El Ecuador, en sus ciento ochenta y dos años de historia, tiene una posibilidad de oro, de recibir el premio Nobel de la Paz, gracias a la abnegación del vicepresidente de la República, Lenín Moreno Garcés, nacido en Nuevo Rocafuerte, Orellana, que con sus brigadas solidarias Manuela Espejo y Joaquín José Enrique de las Mercedes Gallegos Lara apoya a personas que padecen y para quienes cuidan a estas personas, con discapacidad severa y permanente, de escasos recursos económicos; la ayuda equivale a un salario básico unificado, atendiendo integralmente a más de medio millón de personas excluidas y abandonadas en la miseria, proporcionando paz y calor a las angustias y dolores que tienen los pobres del Ecuador.
Una de las actividades saludables es esta campaña, destinada a sectores que estaban abandonados por el Estado. El Ecuador tiene las flores y la tierra fértil externamente, por contar con la amistad de los cuarenta y seis países latinoamericanos, ya que Moreno ha estado en el Perú, Colombia, Chile, Guatemala y próximamente estará en El Salvador, Uruguay y Paraguay, predicando las bondades de sus brigadas.
En el pretérito, el país ya ha tenido estas oportunidades de trascender internacionalmente, con Juan María Montalvo Fiallos, para ser parte de la Academia de la Lengua, pero increíblemente, otro ambateño, el presidente de la mencionada sociedad literaria, Juan León Mera Martínez, lo impidió, ya que era su enemigo personal.
Algo parecido pasó con monseñor Leonidas Eduardo Proaño Villalba, que nació en San Antonio de Ibarra, candidatura planteada por el Nobel de la Paz 1988, Adolfo Pérez Ezquivel, para el premio Nobel de la Paz. Por su trabajo con los indígenas, ellos lo llamaban “Taita Obispo” (Papá Obispo). Con los indígenas compartía el pan y la palabra.
Igualmente el ex secretario privado de Pablo Neruda, el ambateño Jorge Enrique Adoum, fue postulado en 2005 para el premio Cervantes, por su obra literaria “Entre Marx y una mujer desnuda”, publicada en 1976. Todas estas posibilidades no tuvieron un final feliz.
El premio Nobel llega gracias a Alfred Nobel que nació en Estocolmo, Suecia. Él inventó la dinamita en 1866, medio por el cual hace fortuna y pierde a su hermano Emil, a consecuencia de una explosión. Desde 1901, en el mes de diciembre se entrega la presea a la persona que más hubiera hecho en beneficio del planeta en los campos de Física, Química, Medicina, Literatura y la Paz.
Esta no es la hora de echarse a llorar al lado de nuestra impotencia, al contrario, es el momento de demostrar nuestra lealtad y solidaridad con la capacidad, por eso pienso que desde el Carchi al Macará, desde el Este al Oeste, el Ecuador está en el deber moral de darle el respaldo a Lenín Moreno, que justicieramente ha sido propuesto por compatriotas residentes en Noruega, para participar en la elección del premio Nobel de la Paz 2012. Tiempo hay para dar fuerza a esta candidatura y pueda tener resonancia mundial. En honor a la verdad, dejo claro que esta prosa no es lisonja ni incienso, pero la humanidad debe saber que en el Ecuador también hay gente sabia, laboriosa y misericordiosa.
Héctor Cedillo Encalada, Loja.