Un carrito de pasajeros tirado por un burro sería más barato que la Metrovía, según la escala de razonamiento de costos ambientales del señor Alcalde de Guayaquil.
No se ha dado cuenta todavía, y lo lamentamos, que desde el inicio del siglo XX gracias a la energía eléctrica las ciudades fueron abandonando el transporte superficial a diésel, logrando disminuir la contaminación del aire, el ruido y el deterioro urbano y arquitectónico, haciendo más rápida y humana la movilización diaria de millones de personas.
Según el razonamiento del señor Alcalde, serían los funcionarios municipales, quienes, al contrario de todo el mundo moderno, han descubierto un tipo de transporte público más barato, y nada más.
Si miramos la distribución que está tomando la ciudad de Guayaquil con este gobierno local, se nota el detrimento y abandono del Centro Histórico de Guayaquil, al cual ya no es posible llegar en horas hábiles.
Así, nos taparon la vista del río Guayas desde el Malecón, porque se les ocurrió construir locales para negocios sobre el nivel de la calle, para otra Bahía con sus propios parqueos.
Contemos los días que faltan para que por elecciones se presente una oportunidad para cambiar esa visión torcida del futuro de Guayaquil, y podamos tranquilos con nuestra familia ir al Centro Histórico en metro, desde los confines de la urbe y desde fuera de ella, y disfrutar del río y del paseo, como lo hicieron nuestros antepasados.
Luis Marín-Nieto.
Profesor de la Universidad de Guayaquil
CI 0900309964