Otra vez el expresidente Rafael Correa vuelve a ser culpable del quemeimportismo de los jóvenes, inclusive niños. Fue él quien implantó la tabla de control de los consumos de las drogas psicotrópicas, por tal motivo los muchachuelos se encuentran atrapados en las garras nefastas de las drogas, por eso no participan en actividades sociales, académicas, culturales y científicas; como dijo el Papa: son los “Nini”, es decir, ni trabajan ni estudian.
Sus prácticas son indeseables. Se manchan el cuerpo para toda la vida, realizándose tatuajes, motivados por personas que ellos admiran: actores, futbolistas, cantantes, incluso narcos; la sociedad considera que aquellas personas que se realizan tatuajes son delincuentes. Asimismo, los aretes que son utilizados por hombres y mujeres en lugares como la oreja, la lengua, el ombligo, incluso en el aparato reproductor, puede acarrear críticas negativas.
También su pelo, estos jóvenes se tiñen con colores extravagantes y, además, se realizan cortes con estilos estrambóticos; podría decirse que cada uno de ellos quiere llamar la atención y sentirse diferente. Para completar la imagen negativa, su vestimenta parece que fuera de un maleante, vagabundo y desordenado. Rompen el esquema de las normas que rigen la sociedad.
Para concluir (algo que nunca acabará), su música predilecta: el reggaetón y el trap, cuyos bailes y movimientos simulan realizar un acto sexual al compás de letras llenas de erotismo. Estoy seguro de que no conocen nuestro pentagrama musical. Es que no solo existe desconocimiento de la música nacional, sino que hay un rechazo total. (O)
Atentamente
Lic. Ricardo Ordóñez Jaramillo