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El Telégrafo

Sutilezas del mal llamado periodismo

06 de diciembre de 2015

El 2 de diciembre pasado, miércoles, por mera coincidencia alcancé a escuchar al señor Alfonso Espinosa de los Monteros con opiniones a propósito de las enmiendas constitucionales en su eterna trinchera noticiosa, decir más o menos lo siguiente: “… lo que yo he dicho es que le quitan competencia a la Contraloría General del Estado sobre el control del manejo de recursos públicos en la gestión de los funcionarios...”. Rebatía de esta manera a una legisladora que, a su vez, y lo supongo, habría refutado algún comentario que de esta laya debe haber sido pronunciado por el Sr. periodista, conocido como conspicuo servidor de la oposición y, obviamente, de los medios mercantilistas y neoliberales por todos conocidos.

Me aterra la manipulación que la cita mencionada implica. O nos cree estúpidos o no entendió en absoluto la reforma constitucional planteada. El control sobre el manejo de los recursos públicos continúa como competencia de la Contraloría General del Estado, se quita del texto original, exactamente: “… y la consecución de los objetivos de las instituciones…..”, en los artículos 211 y  212, se suprime, “….y gestiones sujetas a su control….”. ¿Dónde cabe, “...quitan competencia... sobre el control de los recursos públicos en la gestión de los funcionarios...”? La frase antes anotada imbrica dos conceptos separados que constan en los textos de la Constitución y que maliciosa y hábilmente el mencionado periodista los mezcla.

Habrá que encontrar a alguien que le explique al señor Espinosa de los Monteros que son dos cosas distintas, por un lado, el control sobre los recursos públicos que se manejan en las instituciones del sector estatal, que sigue siendo competencia de la Contraloría General del Estado, como siempre ha sido; y por otro, las evaluaciones y controles que la gestión requiere para medir su eficiencia, eficacia y efectividad, actividades que corresponden a otra instancia de la administración y que actualmente se las cumple como parte sustancial de la gestión estatal fuera de la Contraloría. No está por demás mencionar que el control de la gestión gubernamental y/o estatal es de enorme complejidad: resultados versus planificación, programación, ejecución, impactos, evaluación, reformulación, correctivos, índices, factores y un larguísimo etcétera y, esto, por todas las instituciones estatales existentes.

Los pronunciamientos del Sr. Contralor encajan en el espíritu de equipo y lealtad que por obvias razones debe mantener hacia la institución que preside. En mi humilde opinión de ciudadano común ( no soy servidor público ni activista político), la Contraloría no debe ser la institución que mida la gestión gubernamental y estatal en general, pues a más de un despropósito administrativo conlleva una extraordinaria carga de poder y de responsabilidad ilimitada que, por desgracia, estoy convencido, no está en la capacidad de asumirla.

Como corolario: no nos quieran manipular de semejante manera, deben ser más prolijos, o mejor aún, deben ser periodistas y no políticos disfrazados u obsecuentes servidores de los causantes de la pasada desgracia nacional.

Kléver Medina Alvarado
C.C. 1702935360

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