Publicidad

Ecuador, 22 de Enero de 2025
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Sting y la discriminación de la Alcaldía

09 de diciembre de 2014

Cuando los pueblos están acostumbrados a las desigualdades y a la discriminación se vuelven insensibles y naturalizan prácticas que en ningún caso deben ser toleradas. Y podemos decir que esto ocurrió en el concierto de Sting.

Miles de quiteños hicimos filas por horas esperando una entrada para este concierto. Sufrimos los rayos solares, la lluvia y el cansancio. Lo mismo ocurrió cuando estuvimos parados horas esperando que abrieran las puertas. Algunos dijeron que abrían a las 12:00, en los medios decían a las 13:00 y terminaron abriendo a las 15:00. Bajo un calor que sofocaba a veces, esperamos horas para estar adelante en el evento. Y el que les escribe estuvo desde las 11:00, ingresó a las 15:00 para un concierto que empezó a las 17:00. Las piernas y la espalda me dolían y todavía tenía que esperar muchas horas más para Blades y Sting. Hasta aquí fue lo normal, como en todo espectáculo, lo que no lo fue es ver que uno pudo llegar solo a unos 50 metros o más del escenario debido a unas vallas que se usaron para separar a los miles de humildes plebeyos, entre los que me encontraba, de los cientos que estaban en la zona de invitados que llegaron cuando quisieron, que nunca tuvieron que hacer fila, ni para conseguir las entradas ni para entrar al estadio y, sin esfuerzo alguno, estuvieron por delante de miles de quiteños que sí hicieron un gran esfuerzo y a los que el poder no les regaló más que migajas poniéndolos lejos del escenario y considerándolos ciudadanos de segunda. Esto sí que es violencia desde los grupos de políticos que deberían estar al servicio del pueblo, y no al revés. Es violencia cuando, después de horas de espera y sentir que tu espalda y tus piernas no dan más, ves que un grupo de privilegiados está por delante de ti, sin esfuerzo ni derecho alguno, salvo por el solo hecho de ser amigo del Alcalde o de algún funcionario. Se podían ver familias enteras, parejas de jóvenes que se sacaban fotografías debajo de las pantallas gigantes , personas que se reían, otras que se tomaban fotos muy cerca de los cantantes, frescas y radiantes, que podían transitar libremente y hasta sentarse en el piso cuando querían e ir también al baño sin problemas. Mientras que miles de quiteños, como yo, estábamos detrás sin poder movernos ni sentarnos después de horas de estar parados esperando bajo un sol sofocante. Y ahora la pregunta es: ¿quién les dio ese derecho para estar adelante y ser considerados mejores que miles de quiteños y quiteñas que esperaron por horas para recibir la entrada y que también tuvieron que esperar horas para poder entrar al estadio? ¿Quién les dio ese derecho de ser considerados quiteños de primera mientras que a todo el resto se nos consideró de segunda? ¿Quién les dio el derecho a los funcionarios a estar delante del pueblo en un evento gratuito pagado por todos los quiteños, cuando deberían estar al servicio del pueblo y no vivir y tener privilegios a costa de todos los quiteños? Y por último, ni siquiera supieron ser generosos con los discapacitados. Mucha gente vio cómo los pusieron en una especie de corralito, alejadísimos del escenario, cuando a ellos se los debería haber puesto en primera fila. Es lamentable todo lo que sucedió. Muestra una forma de gobernar elitista y discriminatoria, en donde los grupos cercanos al poder tienen privilegios y prebendas, mientras el resto es considerado de segunda. Los quiteños deberíamos elevar la voz ante semejantes prácticas políticas. Deberíamos también abrir bien los ojos y, como cantaba Rubén Blades en el evento: “Prohibido olvidar…”.

Lcdo. Sergio Damián Patuna
C.C. 1754746152
[email protected]

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media