Sr. Lcdo Edwin Ulloa Arellano
Director de diario El Telégrafo
Guayaquil

En la edición del miércoles 27 de abril de 2011 se publica en la primera página como titular claramente demarcado y en letras de notable tamaño una “noticia” intitulada como “Andrés Páez acusado de malversar fondos”, y en la página 3 de la misma edición se publica una noticia en la que se me alude como supuesto autor del delito que se precisa en el titular antes mencionado. Dicho titular entraña una alusión acusatoria del cometimiento de un delito, el mismo que se halla descrito junto a mi nombre en grandes caracteres, lo cual deja en evidencia el propósito de ocasionarme daño.

El primer numeral del Art. 18 de la Constitución de la República establece que todas las personas tienen derecho a que la información que reciben sea veraz, verifificada, entre otros atributos, y en el caso que estoy glosando es evidente que dicha información no es veraz ni es verificada, puesto que el contenido del titular no  corresponde con la verdad de los hechos.

Note usted que no todos habrán revisado la noticia completa, pero sí habrán visto el titular que ha sido destacado en letras enormes y haciendo hincapié en la descripción de un delito que consta en el Art. 257 del Código Penal vigente. Las fotografías que adjunto revelan cómo se hallaron varios de esos periódicos en lugares públicos, en los que claramente se puede advertir que el simple ciudadano, incluso cuando no lo adquiera, ya conoce del titular falso y temerario difundido por el periódico de su dirección.

Sin perjuicio de lo anterior, el numeral 7 del Art. 66 de la Constitución de la República garantiza y reconoce “el derecho de toda persona agraviada por informaciones sin pruebas o inexactas, emitidas por medios de comunicación social, a la correspondiente rectificación, réplica o respuesta, en forma obligatoria, inmediata y gratuita, en el mismo espacio y horario”.

El referido titular es inexacto, puesto que yo no he sido acusado de malversar fondos, no se ha formulado una acusación de esa índole en mi contra ni se ha presentado acción judicial alguna en mi contra por el cometimiento de tal delito. Tampoco en la correspondencia interna del Partido Izquierda Democrática se me acusa de aquello y, es más, el informe expedido el 7 de septiembre de 2010 así lo refleja, como también la carta enviada al suscrito por el presidente del partido, Dalton Bacigalupo, cuya copia adjunto. Quienes suscribieron dicho informe le enviaron una carta en la que corroboran claramente lo que estoy expresando.

Por lo expuesto, con fundamento en las normas constitucionales antes invocadas, solicito a usted muy comedidamente que se sirva disponer la correspondiente rectificación del inexacto titular aparecido en su diario, en forma obligatoria, inmediata, gratuita y en el mismo espacio, tal cual lo dispone la antes citada norma constitucional.
En lo referente al contenido que se halla en la página 3 de dicha edición, es penoso que no se publicaran las cartas con las que di respuesta a los requerimientos a mí efectuados, porque aquello hubiese permitido que el lector tenga una idea global y apropiada del tema en discusión y no acceda a una postura claramente sesgada como la que se sostiene en dicho artículo que, por supuesto, también merece ser aclarado, dejando en claro que la periodista que me entrevistó para este asunto en ningún momento me mostró las cartas para contrastarlas ni tampoco me solicitó mis respuestas a las mismas.

Atentamente,
Dr. Andrés Páez Benalcázar
Primer Vicepresidente Nacional
Asambleísta ID