Defendamos a la Tierra,
y todo lo que ella encierra.
En el solsticio de invierno
del veintiuno de diciembre,
hay señal de que se siembre
en el suelo sempiterno.
Eres el vientre materno
Mama Yacu, la grandiosa,
con el Inti eres la diosa
del maíz y de las flores,
eres arco de colores
que en nuestro cielo rebosa.
Eres ciencia, eres saber,
eres misterio y sorpresa,
eres encanto y belleza,
que se aprecia por doquier.
Maravillosa mujer,
la verdadera deidad,
en toda la humanidad
los pueblos y las naciones
alzaron sus oraciones
resaltando tu bondad.
Prometemos respetar
tus montes, mares y ríos,
detener los extravíos
que te quieren ultimar.
Tenemos que derrotar
al que depreda y mancilla
toda esta maravilla
con su apetito voraz,
nuestro mundo sí es capaz
de vencer a esa gavilla.
Es el poder imperial
el que asesina a la Tierra,
es el monstruo de la guerra
como holocausto final.
Esa demencia infernal
aterra al género humano,
juntaremos nuestras manos
para frenar la locura,
defendamos a natura
en todos los meridianos.
José Regato
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