Últimamente existe una especie de “confabulación” por parte de sectores políticos descalificados que pretenden opacar la imagen de un personaje que, producto de sus conocimientos doctrinarios-jurisprudenciales ha dado veracidad y fundamento a las decisiones políticas que ha emprendido este Gobierno. Estos sectores descalificados, desconcertados y atónitos ante quien les ha ganado la contienda con criterios inteligentes, con razones morales serias, con el uso de las ideas, por encima de los tradicionales métodos incivilizados con los cuales estaban acostumbrados.
No, esto es demasiado para ellos, su diario vivir era el golpe, amenazar con sus pandillas; pegar en gavilla cuando alguien se oponía a sus PRE-juicios, que un hombre sin aras, sin mercenarios, solo con la fuerza de la razón los aniquile en las contiendas jurídicas que desembocan en escenarios políticos. Antiguamente ellos eran los amos y dueños en el “lodazal” político. Sus ideas PRE-concebidas, PRE-paradas, ahora apestan a “pezuña” (siempre apestaron), no pudiendo esgrimir, sino solo sus conductas desatinadas y lejos de representar a aspiraciones populares.
El actual Gobierno, con el que llegué a tener serias diferencias, hoy se ha ganado mis más altos respetos, he hecho una cuidadosa investigación y me atrevo a afirmar que este Gobierno ha marcado profundos cambios en favor de los sectores más vulnerables de nuestra nación. Que ha habido una combinación muy seria entre el “accionar político y el terreno jurídico”, lo cual ha permitido fortalecer los procesos de las transformaciones estructurales. Hacerlo sin hechos traumáticos para la sociedad es asunto muy delicado, como muy responsable. No ha habido muertos en las calles, no ha habido asalto en los cuarteles para lograr los urgentes cambios sociales, no se ha inspirado a desconocer a determinada clase social para echarle la culpa de la alta inequidad en esta patria que sucumbía en la desesperanza.
Se ha logrado una especie de “Revolución Pacífica” de ese viejo sistema sin destruir ese “contrato social” entre Estado-Gobierno-habitantes, donde los que hoy critican al Dr. Alexis Mera eran sus mayores beneficiarios. Ellos no tienen talla moral para criticar a este Gobierno y menos al Dr. Mera, donde el mejor negocio de ellos siempre fue que abunde la pobreza para tener “clientes a la carta”.
El Presidente de la República y el Dr. Mera han sido puestos por la historia ante un grito desesperado de una nación que pedía “justicia, equidad y solidaridad”, por parte de un ente que solo se lo utilizaba como aparato represor (Estado).
Hemos decidido, con un grupo de amigos, respaldar al Dr. Mera frente a cualquier insolencia balbuceada por individuos que la historia ha repudiado.
José Luis Morán
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