Qué grandioso fue leer la publicación de EL TELÉGRAFO sobre la verdadera historia de Guayaquil. Cuando era estudiante de colegio, ya me preguntaba por qué solo los ‘grandes héroes’ de la independencia eran de familia de alcurnia. Investigué mucho y me di cuenta de que había dos versiones históricas, la del punto de vista oprimido y la del opresor, esta última es la que se impartía en las escuelas, en los colegios y hasta en la universidad.
Visité la columna de los próceres del 9 de Octubre, leí todo lo que estaba escrito y saqué en conclusión que eran los ‘Patrones de la Patria’, no los patriotas. Han pasado tantos años y por fin EL TELÉGRAFO me da la razón, pues la historia solo nombra a familias Febres-Cordero, Letamendi, Garaicoa, Olmedo, entre otras, pero al pueblo -indios, montubios, negros- en ningún momento lo realzan.
Es hora de desterrar esa falta de historia. Hay que reeducar a los profesores y enseñarles la verdadera historia del oprimido.
Ab. Gonzalo Benavides Burgos