“Y aunque siento que ha cambiado el cine en Ecuador en los últimos cinco años, porque existe una política de apoyo, no es suficiente todavía para decir: podemos hacer una película exclusivamente de aquí”. Estas palabras de Sebastián Cordero me han hecho pensar en el cineasta Manuel Torres, ya que es justamente el tiempo aproximado que lo conozco. Deben ser ya cerca de 5 años en que en un curso de varios meses sobre apreciación cinematográfica, financiado por el Ministerio de Cultura, dirigido para gestores comunitarios y/o culturales, coincidí con varias personas involucradas en estos quehaceres tan gratos, pero que requieren  una fortaleza de atleta olímpico (y esto a propósito de que estamos a pocas semanas de iniciarse los Juegos Olímpicos).

Recuerdo entre los asistentes a Jimmy Simisterra, dirigente barrial que realizaba y realiza una gran labor en el sector de las Malvinas en Guayaquil; al mismo Manuel Torres, quien procedía del grupo de apoyo del padre José Gómez Izquierdo, y quien es el que más acercamiento ha tenido con el cine, ganando varios concursos. Por ejemplo, dos veces seguidas obtuvo el primer lugar en el FAAL en la categoría correspondiente, en una de las dos ocasiones el premio compartido con Andrés Crespo. Por cierto, Torres y Crespo son personas plenamente identificadas con el medio audiovisual, sus técnicas y lenguaje, y mantienen -además- una saludable distancia de los estudios formales y académicos de actuación y cine.

Esto último lo señalo sabiendo que mis palabras causarán cierta polémica, pero en todo caso es grato saber que el uno ha obtenido dos premios en festivales internacionales en categoría actuación; y de Manuel Torres podremos apreciar, dentro de poco, todos sus trabajos en una retrospectiva que se realizará el miércoles 25 de abril, en el MAAC cine. Espero que la sala ese día tenga una buena asistencia y con ello comprobar que existe interés en conocer el trabajo de alguien que en el día a día busca su espacio en el medio cultural. Apreciemos su trabajo a distancia de lo académico, pero cerca de lo natural. Este no es acaso el lema y el legado de Jack Kerouac y su “En el camino”, libro que en este 2012 parece que por fin tendremos en el cine.

Rodolfo Salazar Ledesma
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