En algunos artículos dirigidos al señor presidente Rafael Correa Delgado, nos hemos referido con mucha preocupación a la Función Judicial. Inicialmente fuimos directos en solicitar al mandatario SOS, cuando -luego de que con esmero se construyeron edificios para su funcionamiento y se refaccionó el Palacio de Justicia para una mejor atención- la administración de la misma no mejoraba, ante la permanente crítica del usuario en general y en especial de los abogados. Este clamor ciudadano fue acogido por el jefe de la Función Ejecutiva y tuvimos la oportunidad de tratar directamente con una comitiva especial del Consejo de la Judicatura, dirigida por una eficiente y distinguida vocal. En esa reunión se logró entendimientos luego de diálogos constructivos. De aquella vez ha transcurrido más de un año.
Hemos notado el esfuerzo del indicado Consejo para lograr perfeccionamiento en la operación del sistema judicial en Ecuador. Incluso, en algunas de las importantes sabatinas, el Primer Mandatario, al referirse a la Función Judicial, ha manifestado su complacencia al tener informes de que se están resolviendo con prontitud los juicios pendientes.
Sin embargo, no debemos dejar de reconocer que hace algún tiempo existen quejas constantes de los profesionales del derecho en relación a la ejecución del modelo establecido. Uno de estos reclamos es el relacionado a la atención al usuario en las unidades judiciales. Me permito ahora señalar un par de ejemplos, y propongo soluciones: Quienes trabajamos en la ardua diligencia judicial, hemos venido soportando la imposibilidad de poder revisar un expediente en las unidades correspondientes en la ciudad de Guayaquil.
Después de tomar el ticket y esperar mínimo 20 o 30 minutos para ser atendidos, es normal escuchar frases como: “venga mañana”, “el secretario está en audiencia”, “el juicio lo tiene el juez” , “es hora del lunch” o “tiene que traer la credencial de abogado para ver el juicio”. Nos han indicado que en cada unidad judicial hay coordinadores, y ahora el Código Orgánico General del Proceso les otorga atribuciones importantes. Sin embargo, en la mayoría de los casos los coordinadores están en cómodas oficinas, lejos de los usuarios. Es necesario que el Consejo de la Judicatura imponga que estos funcionarios deban responsabilizarse y garantizar la correcta atención al usuario de dichas unidades; garantizar esto implica asegurarse de que los usuarios y abogados sean atendidos como se lo merecen.
Cuando por suerte se encuentra un coordinador para pedir apoyo al despacho judicial, este se limita a pedir que se haga un requerimiento. Los usuarios y abogados, hace algún tiempo, hemos perdido la confianza en este sistema, que entendemos se implementó para poder ayudar el despacho de las causas, pero sinceramente no está funcionando. Tal vez no hay personas que den seguimiento a los pedidos realizados o posiblemente se requiere proactividad de los funcionarios judiciales.
Conocemos que recién asumió funciones un nuevo director provincial y que tiene las mejores cualidades para desempeñar su cargo. Es importante que, como líder de la provincia en esta rama, tome en cuenta las recomendaciones emitidas, realizando continuas visitas a las unidades judiciales para que pueda palpar la realidad que se vive, cuando se usan estos servicios, ejecutando acciones que justifiquen el buen desempeño de su cargo, estamos dispuestos a apoyar al Consejo de la Judicatura, en todo lo que concierne al mejoramiento de los despachos en general, ejecutando acciones certeras. Se está tratando y se ha logrado modernizar la administración de justicia en Ecuador. Pero no deben dejar de reconocer la existencia de falencias, tomando cartas en el asunto y actuar. No dejaré de continuar señalando la existencia de errores, proponiendo -naturalmente- soluciones. Siempre la verdad, aunque duela.
Arturo Santos Ditto
