Nos vemos compulsados a responder al artículo “Las Estrategias del poder real en Cuba”, publicado por EL TELÉGRAFO, el sábado 23 de febrero. Cualquier lector bien informado se da cuenta de cuánta mala entraña incorpora el autor. Comentaré lo que se pretende ignorar y que ha sido muy tenido en cuenta por el pueblo cubano para aprobar de manera contundente la nueva Constitución cubana.

El texto constitucional fue sometido a un debate donde participó todo nuestro pueblo, donde se modificó más del 60% del texto original y donde más de 8 millones de cubanos participaron. Cada ciudadano cubano, dentro y fuera del territorio nacional, pudo expresar con total libertad sus criterios y sugerir cambios al documento. ¿No es esto democrático? Esa amplia participación popular en la construcción de la nueva Carta Magna es lo que explica que de antemano estuviéramos convencidos de la victoria del Sí.

El 24 de febrero, el pueblo cubano se volcó con entusiasmo y alegría a votar la nueva Constitución, mediante voto directo y secreto. Este ejercicio de participación directa de la población es un reflejo más de que la Revolución se sustenta en la más genuina y verdadera democracia y en la participación de todo nuestro pueblo. Para los que olvidan, “democracia” significa “poder del pueblo”.

El nuevo texto constitucional es un mensaje muy claro: Cuba es un Estado de derecho donde prima la legalidad socialista y el apego a las leyes. La nueva Constitución tiene en cuenta los principios de justicia social y humanismo que configuran nuestro sistema político y responde a los importantes cambios económicos y sociales que han tenido lugar en el país en los últimos años.

No ver esto solo es parte de la ceguera política de los enemigos del pueblo cubano, a los que solo podría satisfacer que la Revolución cubana rindiera sus convicciones y se plegara a los intereses de dominación del Gobierno de EE.UU. y eso, pueden estar seguros de que no sucederá jamás.

Rafael Dausá Céspedes
Embajador de Cuba en Ecuador