En 1830 se implanta el sistema constitucionalista en Ecuador; se convoca a elecciones y es elegido presidente un soldado extranjero; este fue el trágico inicio del constitucionalismo en nuestra patria: mal predestinada. Desde entonces se institucionaliza el militarismo y el extranjerismo nefastos.
Juan José Flores fue un gobernante imponente y sin formación ni conocimientos de ética ni moral; se respaldó de los militares y cometió actos violentos y despóticos, implantó las alcabalas e impuestos, lo cual afectó a los más pobres; respaldó a los latifundistas, a los importadores y ricos en general, mientras sufrían las grandes mayorías del país.
Sobre este modelo han continuado los demás gobernantes sucesorios, con honrosas excepciones; aparece en el escenario político José María Velasco Ibarra, educado en el colegio San Gabriel, de Quito. Se dice que vio llorar a la Virgen en el templo y sin duda tuvo una formación extraordinaria; llegó a ser profesor en una de las mejores universidades en Argentina, donde se casó con Corina Parral luego de haberse divorciado de su primera esposa quiteña.
Velasco inauguró el divorcio en nuestro país. Con Corina gobernó cinco períodos. En los cuatro rompió la Constitución política y se formaron las dictaduras. Únicamente pudo terminar un período cuando fue ministro de gobierno Camilo Ponce. Los cuatro períodos fueron un fracaso del velasquismo, que implantó el populismo nefasto y negativo para la nación y para la democracia.
Después del velasquismo apareció el cefepismo, encabezado por Guevara Moreno, nativo de Licto, de la provincia de Chimborazo. Guevara fue formado en Argentina, durante el régimen de Perón, entonces viene a Ecuador y funda el CFP en el parque Victoria, de Guayaquil; los fundadores fueron militantes del velasquismo y llegó a ser un partido populista poderoso; lamentablemente el cefepismo, que se había proclamado como nacionalista, se transformó cuando ingresaron miembros de la colonia libanesa, entre los que figuró Asaad Bucaram, quien era uno de los más leales a Guevara Moreno, hasta que prácticamente lo traicionó.
Ese acto de traición afectó la salud de Guevara y tuvo que viajar a México en pos de hallar curación a su enfermedad del corazón, la que lo llevó prematuramente a la tumba.
Camilo Vicente Arellano Almeida
Periodista - historiador