Estimado señor director, me parece terrible que, pese a todos los cambios que se han producido en nuestro país, seguimos con programas de TV de cuando estábamos en aquella larga y oscura noche. ¿Qué puede aportar a la gente ver a unos muchachos agarrando vísceras con la boca, al punto del vómito, o que se lancen al vacío sin condiciones mínimas de seguridad?
Lo único que los medios privados -incluso los incautados- demuestran es ineptitud y una falta de creatividad atroz.
¿Acaso no es posible generar programas divertidos de música, de poesía, de lectura? Recuerdo un programa de la TV española, creo que se llamaba “Saber y Ganar”, donde incluso concursaban familias enteras en temas de cultura general. Y trabajaban en equipo, manejando diccionarios, enciclopedias. Se comentaba lo mucho que sabían, aburridos no eran. ¿Por qué, entonces, no generar programas inclusivos, formativos y, desde luego, divertidos? Que aporten a la lectura, a la investigación, a un mejor uso de Internet.
Estoy segura de que muchos queremos disfrutar una programación divertida, lo cual no significa que debemos ver gente humillada o ridiculizada para que lo sea.
Una respuesta como “gracias a Dios tengo cable” nos hace cómplices de ese tipo de TV que criticamos. No basta con cambiar de canal.
Dra. Paulina Pérez