Nuevamente el diario EL TELÉGRAFO dedica al presidente Nicolás Maduro una caricatura. Nuevamente se ofende a la primera magistratura del Estado venezolano, y nuevamente nos vemos en la obligación de responder. En una imagen denominada “Visita infructuosa”, se muestra al presidente Maduro prácticamente siendo echado de la Casa de Pizarro -sede del Gobierno de Perú- con guardias “diciéndole” adiós con la mano, mientras él baja las escaleras “murmurando” que solo iba a visitar a Pedro Pablo Kuczynski (PKK).
Más allá del mal chiste, del que podrían decirse algunas cosas, especialmente en referencia a la necesidad de elevar el nivel del humor político, lo que preocupa es el irrespeto constante a una autoridad elegida democráticamente por el pueblo venezolano.
Las referencias a la supuesta poca inteligencia del presidente Maduro, además de burdas, legitiman un discurso mediático que poco tiene que ver con el humor, sino más bien con la complicidad en el ataque a un país soberano que eligió el camino del socialismo como alternativa para resolver sus problemas.
Lo que se debe plantear -si es que se quiere hablar de verdaderos escándalos presidenciales- es la renuncia por denuncias de corrupción de Kuczynski, o del hecho de que él haya cometido el absurdo diplomático de retirar la invitación al Jefe de Estado de un país del continente, a una Cumbre en la que simplemente son país sede, sin arte ni parte en el convite. O quizá del hecho de que en Brasil sea Presidente un señor con múltiples juicios por corrupción que fue elegido por nadie…
En nuestro continente se viven dramáticos casos de abusos contra los pueblos, que no son denunciados, sin embargo, en los diarios se prefiere dar el espacio destinado a las “Ideas & Debates” a burlarse de la persona que eligió el pueblo de Venezuela para conducir su destino. Más de 7 millones de personas votaron por Nicolás Maduro. Sería un buen ejercicio no ofenderlas también a ellas. (O)
Carol Delgado Arria
Embajadora