El programa de rehabilitación social en el país se quedaba solo en su título, en un nombre. No había un verdadero trabajo con las personas privadas de la libertad (PPL), de ahí que cada vez tomaba más fuerza aquella trillada frase popular que “la cárcel es la universidad de los delincuentes”. Es más, aún no podemos hablar de que son cosas del pasado...
Todavía se hace común escuchar el pesar de un padre de familia que dice: “Mi hijo está hundido en el mundo de las drogas”.
Conozco muchos casos en los que hay personas que toman el estar en la cárcel como un hobby. Alguna vez conversé con un frecuente “visitante” de la Penitenciaría del Litoral y me contó que las mafias en el interior de la cárcel son peores que en libertad.
Sí, pero ¿y qué pasa con los controles? Parece que no existieran. La corrupción en la que se ha visto envuelto el sistema carcelario ecuatoriano es un cáncer que ya se hizo metástasis.
Algo he podido leer del nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria. En el papel se ve el programa como de ensueño. El Ministerio de Justicia es el responsable en ejecutar este sistema, que lleva alrededor de un año en Ecuador. En la Penitenciaría del Litoral hay pabellones con el nuevo modelo. Son 600 reclusos los que están en el plan piloto y, según las autoridades, se nota la diferencia entre estos reos y los que están en el hacinamiento de la “Peni”.
El trabajo con los 600 presos es de primera. Hay guías preparados en la Escuela Penitenciaria, los reclusos tienen uniformes, ropa limpia, estudian, son productivos para el sistema. En los pabellones nuevos no circula el dinero, ya que hay un innovador sistema de economato.
El papel aguanta todo... pero los planes que tiene el Ministerio de Justicia ya se ven plasmados de a poco.
El trabajo de rehabilitación social no se ve reflejado en su totalidad en el plan piloto. Hay que ver qué sucede con el Plan Salida, el que busca que los reclusos, cuando salgan en libertad, tengan una correcta reinserción en la sociedad y que no vuelvan a su vida delictiva.
Se habla de préstamos a los ex reos y de que ingresen a una bolsa laboral. Se habla sobre grandes ligas, sobre una verdadera rehabilitación.
En cuestión de hacinamiento, hay alrededor de 22.000 reclusos y solo 12.000 plazas en las cárceles a nivel nacional. La superpoblación de 10.000 personas se vería superada en los próximos dos años, con la construcción de tres reclusorios de primer nivel en Guayaquil (que iniciaría sus funciones en junio próximo), Latacunga y Cuenca.
Sinceramente, este Modelo de Gestión Penitenciaria me invita a pensar en días mejores. Si se cumple en su totalidad hasta 2015, como está proyectado, sería una maravilla. ¿Será que ya hay cura contra el cáncer? Ojalá que vengan días mejores. El papel aguanta todo, ahora veamos hasta dónde avanzamos...
Mario Rodríguez Medina
[email protected]