Siempre debemos mantener la humildad, serenidad y prudencia, especialmente cuando estamos participando en una lid electoral o como simpatizantes de algún candidato; por gusto envanecernos o creernos triunfadores, antes de tiempo, sin esperar los resultados definitivos. Eso fue lo que sucedió el domingo 24 de marzo, cuando el joven candidato a la Alcaldía de Riobamba, John Vinueza, dio una gran lección a la mayoría de candidatos porque, pese a no tener experiencia en la vida política partidista, con una campaña sencilla, sin ostentación ni gastos económicos desmesurados, casi obtiene un sonado y sorpresivo triunfo.Pero más allá de estas apreciaciones, podemos deducir que existió un voto de rechazo, inconformidad y malestar de la ciudadanía riobambeña, en contra de la actual administración municipal y sus principales autoridades, pero no para tratar de desestabilizarla, sino para que lo consideren como un llamado de atención o un “jalón de orejas”.
El pueblo exige rectificaciones oportunas y sensatas, pero sobre todo, necesita ser escuchado y atendido en sus más imperiosas necesidades, con un desempeño municipal investido de pulcritud, justicia y equidad; un trabajo y gestión por el bien común, dejando de lado intereses personales y partidistas. Reflexionemos, por favor, hoy más que nunca existe una ciudadanía que estará pendiente de la próxima administración municipal, que exigirá fiscalización, así como ordenanzas que generen mayor bienestar, seguridad, productividad y fuentes de empleo en Riobamba. La silla vacía y la revocatoria de mandato, también serán otras opciones que podrá utilizar el ciudadano, ante la falta de cumplimiento de las ofertas de campaña. (O)
Lic. Arturo Lara Noriega
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