Publicidad

Ecuador, 04 de Octubre de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Reflexiones misceláneas

22 de abril de 2015

Señores, mientras tengamos privacidades, no alcanzaremos el respeto mutuo. Porque así como cuando se prohíben las drogas, siempre habrá alguien que va a ganar dinero. (Vattimo)

He considerado obsceno observar cómo las cosas serias nos roban la cordura y cómo el exceso de cordura nos conduce a la crueldad y a la depravación.

Tengo una enorme tristeza en mi corazón, una congoja que me encamina al heroísmo de la diplomacia y al de interrogarlos de la siguiente manera: ¿Quién de todos ha continuado el sueño de Alfaro? Que ignoraba de la grandeza, el delito.

Entre las calles ya no hay sino un feudo de ramas a las cuales yo llamo los hombres cultos de hoy. A los cuales se les ha arrebatado toda gloria, excepto la del sacrificio.

El ruido de sus cadenas es la única voz que tiene este pueblo que ha perdido su último némesis. Pero el silencio y la luz, que son himnos que irradian y apagan las sombras que se ocultan bajo los cuerpos sin voz, cantan epinicios.

Amigos: ¿Acaso han logrado oír a faunos episcopales que, dando órdenes deshonrosas, anuncian que son profecías?

Mas, tengo la convicción de que han de tropezar como un Cómodo, porque su crueldad los extinguirá y el crimen que los hizo reinar los hará temblar.

Debe haber al menos uno que pregone las colosales diferencias entre vencer y asesinar. La primera es un triunfo. Pero la segunda es un crimen de aquellos pobres hombres con poder, pero sin la grandeza de vivir, sino arrastrando sus vidas.

¿Por qué los escritores -aquellos que anunciaban y denunciaban, los profetas y mensajeros; que cada rebaño antes de ser un pueblo parió-, por qué ya ninguno ejerce su vocación y se anuncia, no como un ilustre intelectual, sino como un Macabeo o un Martus?

No tengo ánimo en avasallar a alguno. Pero si hablamos de paz debe primero haber un orden donde las cosas y las personas encuentren su descanso.

Porque al pueblo se le habla de libertad. Pero una vez libre no sabe qué hacer con ella. Señores, hablemos con gracia y no con ley. La ley corrompe.

Hagamos lo que enseñó San Agustín de Hipona: “Amemos al hombre, porque cuando se ama al hombre se le arranca del error”.

¿Por qué hemos permitido que escritores, pintores, periodistas, tengan que abandonar sus profesiones, tengan que arbitrariamente dejar sus tierras? ¿Es acaso el temor el que inspira a los culpables a resolverse de esta manera? ¿Acaso es el miedo el que los dirige bélicamente a cerrar bocas, a quemar libros y a reemplazar en plazas, monumentos de tantos ingratos por la historia misma?

¿Dónde les enseñan a los pequeños a ser morales y no rectos, dónde los ancianos envejecen en la dirección correcta y dónde las mujeres no superan a los hombres, sino que los igualan? Porque eso es lo que piden, igualdad.

Lamento profundamente si hice el ridículo. Pero alguien tiene que hacerlo.

Atentamente
Giosué Bass

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media