El reciente atentado contra el puesto policial de San Lorenzo, en Esmeraldas, que dejó un saldo de 28 heridos y 37 casas afectadas, merece el más rotundo rechazo y la más profunda solidaridad con las víctimas y el pueblo ecuatoriano, pues es la primera vez que ocurre un evento de esta magnitud en este país.
El narcotráfico le ha hecho mucho daño a los países de la región y quiere imponer una agenda del temor, pero la población unida y la actuación eficaz de los gobiernos harán que triunfe la paz en nuestra sociedad. En ese sentido, tienen buen efecto no solo la unidad ciudadana e institucional, sino la colaboración entre los gobiernos para acabar con este flagelo que intenta socavar las bases de nuestra vida cotidiana. (O)
Carlos Alberto Rosales Purizaca