En Nueva York, los “Indignados” se manifestaron en miles de calles y plazas de la gran ciudad, señalando la inmoralidad de banqueros y empresarios, considerándolos estranguladores de quienes, con sus mentes y músculos, producen la riqueza.
En Washington a menudo sucede algo que, lamentablemente, afecta la sanidad y tranquilidad de algún lugar del mundo. La humanidad no encuentra aún el antídoto para el grave mal, pero insistir en su búsqueda es la justísima necesidad de los que habitamos en el planeta, si queremos dejar a las nuevas generaciones un mundo mejor.
Quizá uno real... sanamente vivible.
Alberto E. Vega R.
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