Del análisis realizado a la información presentada por juristas, políticos, autoridades públicas y privadas y criterios de editoriales, he llegado a establecer mi propio criterio sobre el tema de la reelección indefinida.
El pueblo ecuatoriano, en ejercicio de su soberanía, está en el derecho de evaluar y elegir a sus autoridades. Si la gestión de ellas es mala, puede pedir la revocatoria del mandato. Si el ejercicio es bueno o muy bueno, puede reelegir las veces que quiera.
Si la actual Constitución no ha previsto estas posibilidades, el pueblo ecuatoriano, por intermedio de sus legítimos representantes en la Asamblea Nacional, puede realizar los cambios o enmiendas que sean necesarios para establecer la reelección las veces
que lo desee.
Sabemos que el capital financiero internacional y sus lacayos en Ecuador (bancocracia, izquierda tirapiedras y medios de comunicación) se sienten golpeados por las políticas justicialistas de la Revolución Ciudadana, pero también sabemos que no están derrotados, se están replegando para regresar con más fuerza; y una de las herramientas de ellos -al no poder concretar el golpe de Estado- es impedir la reelección del principal líder de la Revolución Ciudadana.
Considero que si un representante de la bancocracia,
del holding empresarial o fáctico, cree que tiene credibilidad y que el pueblo le tiene afecto, entonces que se postule para la Presidencia de la República, sin temor a los resultados.
Ventajosamente, con o sin reelección, los ecuatorianos hemos demostrado que si alguien engaña al pueblo y hace pactos vendepatrias, indefectiblemente será derrocado por su mandante, el pueblo.
Atentamente
Heydi López
Estudiante del colegio Manuela Cañizares
C.C. 175243541-0