Mucha expectativa causó la elección de autoridades de la Utmach el 14 de julio de 2012, en circunstancias en que la institución corre graves riesgos de acreditar solo parcialmente, por no reunir los parámetros mínimos establecidos por el Ceaaces y el Senescyt. La ilusión de la acreditación la compartieron todos los candidatos y por suerte no triunfó ninguno en la primera vuelta.
Ahora surge la oportunidad de renovar un compromiso responsable por parte de los finalistas para hacer lo que siempre se debió hacer, transformar la universidad en un real instrumento de desarrollo científico y técnico a través de la producción de conocimiento, para la reorganización territorial de la producción, de formación de profesionales con trabajo y de difusión de su pensamiento para movilizar la sociedad contra la pobreza y el desempleo.
Semejante objetivo incomprendido creó un vacío programático que es oportuno debatirlo, con un reconocimiento de los errores del pasado, asumiendo el compromiso de rectificar y emprender el proceso de transformación de la universidad que los tiempos y la historia exigen de manera impostergable.
Considerando que todos quienes hacemos la universidad, si no hemos sido autores, hemos sido cómplices y encubridores de la situación actual, estamos en la obligación de construir una propuesta consensuada, para la obligada aplicación por parte de los candidatos ganadores en la elección del 28 de julio entrante, para lo cual pongo a disposición de profesores, estudiantes, trabajadores y ciudadanía en general la presente propuesta para su debate
y discusión.
1. Convertir a la Utmach en productora de conocimiento científico para orientar el proceso de transformación productiva de la provincia de El Oro, la Zona 7 a la cual pertenece y el país, generando estudios y propuestas indexadas a nivel internacional, formando profesionales en las diferentes áreas del conocimiento y la producción, y difundiendo y organizando la vida de la población en convivencia sana con la naturaleza y el medio ambiente.
2. Convertir a la investigación y la vinculación con la colectividad en el eje articulador de la transformación académica, administrativa y financiera de la universidad.
3. Definir nuevas carreras en todas las facultades de la universidad, a tono con las necesidades de transformación productiva, en el marco de la Constitución, el Plan de Desarrollo del Buen Vivir y la Ley de Educación Superior.
4. Organizar científicamente la universidad, a tono con el desarrollo histórico de las ciencias naturales o físicas, filosóficas y sociales, tomando en cuenta la revolución científico-técnica universal.
5. Promover el diseño y construcción de empresas productivas universitarias, para las prácticas académicas y el emprendimiento empresarial de egresados y estudiantes.
6. Subordinar cualquier actividad política y de interés personal o de grupo al interés académico e institucional.
Jorge Duque Ruiz
