El proyecto de Revolución Ciudadana es indiscutiblemente la mejor opción que tiene un país como el nuestro que ha rodado de tumbo en tumbo (presidentes neoliberales) desde que se reinstaló la vida democrática con la asunción al poder de Jaime Roldós Aguilera, allá en 1979.
La esencia humanista que le permite priorizar al ser humano y la naturaleza sobre lo demás -llamese economía, mercado, entre otros- ha cautivado a la mayoría de ecuatorianos, ávidos de buenas nuevas (salud al alcance de todos, educación gratuita, acceso a los sistemas productivos, beneficios sociales, justicia, seguridad) que ven en el nuevo socialismo una esperanza de progreso y equidad de oportunidades especialmente para las generaciones nóveles y las venideras.
Sin embargo, no todos están sintonizados en la misma frecuencia. Los diferentes estamentos de gobierno dejan brechas que son fácilmente penetrables por los enemigos de la revolución y permiten o generan -ellos mismos- descontento entre los ciudadanos que confiaron en la propuesta de Rafael Correa, pero que cuando se sienten defraudados no solo que reniegan de él sino que pasan a ser presas fáciles de los oportunistas electoralistas que los conducen hacia sectores de oposición.
En este escenario se encuentra -a mi modesta observación- parte del sistema educativo, donde se siente que se ha pasado de un manejo chantajista y manipulador (UNE-MPD) a otro maniqueísta y tirano (PAIS).
Para sustentar esta observación pondré como ejemplo lo que sucede con los rectores y directores de colegios y escuelas fiscales: Desde hace más de un año se expidieron los acuerdos de “encargo” a los directivos de los establecimientos regentados por el Estado y que se encuentran manejados (“manipulados”) por las direcciones provinciales y las subsecretarías.
Con ese método se mantiene en estado de indefensión a los rectores y directores (están limitados en sus derechos administrativos), más no en sus deberes, que bajo los nuevos sistemas -generosos, modernos y adecuados al tiempo- reciben mayor carga horaria y mayores responsabilidades administrativas.
En esta funcionalidad impuesta a los directivos de los planteles por los técnicos en educación se exige preparación, excelencia y entrega, pero a cambio se les ha “disminuido sus ingresos”. Seguramente dirán que no se les ha bajado el sueldo, pero se les ha eliminado el “bono” por responsabilidad, no tienen acceso a viáticos y ningún ingreso extra, a pesar de que tienen mayores gastos de representación, de traslado, de funcionalidad, en el caso de quienes lo hacen con responsabilidad.
Entonces, ¿dónde quedó la equidad? El Ministerio de lo Laboral tiene ahí un caso que investigar: ¿Se está obligando a los rectores y directores de establecimientos educativos a trabajar sin la remuneración correspondiente? ¿Por qué los rectores y directores no han reclamado por lo que les asiste en derecho? ¿Será que desde las Subsecretaría de Educación se los atemoriza con la amenaza de sacarlos del cargo, toda vez que se encuentran con simples encargos que los tienen en indefensión? ¿Para qué se pidió las ternas para la supuesta elección de los rectores y directores titulares?
He aquí, señor Presidente, una arista desubicada que necesita de su intervención, que merece que usted ponga orden, primero en casa, para que exija lo mismo fuera de ella. No permita que quienes confiamos en usted, nos sintamos defraudados del manejo de la revolución.
Atentamente,
Pedro del Solar
Guayas - Ecuador