Ocho “presidenciables” se reunieron ayer, cual “alegres compadres”, para tratar el tema del consenso que permita “lanzar” un candidato -una especie de extracto de todos ellos- que pueda enfrentarse con posibilidades al actual presidente de la República, Rafael Correa, en los comicios del 2013.
Siete de ellos dieron la cara (parecía que con vergüenza, unos, y con desvergüenza, otros) y otro se escudó en la organización, desde un sector llamado a promover la economía, pero que se ha politizado en función de intereses personalistas: las cámaras.
Carlos Vera, Martha Roldós, Luis Fernando Torres, César Montúfar, Andrés Páez, Betty Amores, Lucio Gutiérrez y Blasco Peñaherrera Solá fueron los protagonistas de este alegre connubio destinado al fracaso.
Sus exposiciones no trajeron algo nuevo. Siguen con la misma retórica que ya les ha significado sendas y dolorosas derrotas. No presentaron propuestas, no generaron expectativa. Sus ataques a la gestión gubernamental buscan lastimar la imagen de Correa que sienten poderosamente aplastante y les causa una especie de horror, de desesperación e impotencia y les provoca una odiosidad que desdibuja la condición de políticos.
Deponen sus pretensiones presidenciables, supuestamente. Pero nadie les cree. Lucio es el más empeñoso en mantener a esos “compadres” unidos en ese cometido, con la esperanza de que una medición de fuerzas le dé la opción en la papeleta que tanto añora.
Se detestan entre ellos (como Vera y Gutiérrez), pero saben que solos no le hacen carrera al líder de la Revolución Ciudadana. Aunque también saben que unidos no hacen más que un atado de cangrejos que sueltos en un cartón se agarran de las patas (me refiero a los crustáceos) unos a otros para intentar salir del fondo.
Otros “pre candidatos” se escusaron de último momento, según el presentador de noticias de Ecuavisa, el ya “desgastado” Alfonso Espinosa de los Monteros, en referencia a Paco Moncayo, Guillermo Lasso y Lourdes Tibán.
Aparentemente Moncayo busca su espacio por otro lado, mientras que Lasso intentará su aventura solo. Y la dirigente indígena seguramente comprendió que el electorado de fuera de Cotopaxi no soporta escuchar su vocabulario grosero y salido de tono.
Ese grupo de “amigos” son inclusive soslayados por otros “pre candidatos”, los de clase “A”: Alberto Acosta y Álvaro Noboa. (Lo de clase “A” deviene de la inicial de sus nombres de pila).
Ramiro Serrano Miranda
Durán, Guayas