Con fecha 28 de mayo fue publicada en su diario la nota editorial ‘La plusvalía como esa fuente para enriquecer a unos pocos sabidos’. En la referida nota se pretende establecer correlaciones entre la plusvalía que puede tener un inmueble y la obra pública, por un lado, entre la ganancia por plusvalía y algún tipo de negativo comportamiento social que el autor supone como ilegítimo e incluso sabido.

Por último, justifica la aprobación de un proyecto legislativo para corregir un mal entendido fenómeno de plusvalía. La nota peca no solo de ignorar, sino de pretender invisibilizar que el fenómeno del incremento o decremento de valor de los bienes se produce de maneras muy distintas y afecta de forma particular. No pocos son los hogares cuyos bienes han perdido valor por la obra pública, no pocos son los bienes que han ganado valor como consecuencia de esto. En esa medida, ante el riesgo inminente de que pueda suceder una ganancia o pérdida, sobre un patrimonio que pertenece a una familia, pierde todo sentido suponer que lo que pase con ese patrimonio, en caso de ser una ganancia, es ilegítimo y corresponde de manera causal al Estado.

Los cambios políticos y socioeconómicos producidos en el país en los últimos años han permitido sin duda que un gran número de hogares cuente con una propiedad. La nueva clase media por la que se interesó diario EL TELÉGRAFO refiere a la propiedad como un recurso clave en la estabilidad de los hogares. Este es, a la vez, un recurso sobre cuyo futuro valor dichos hogares esperan poder soportar contingentes propios de la economía, sin duda distintos al pago de mayores impuestos.

Jaime Rumbea Dueñas
Director Ejecutivo de Apive