Como ciudadano y profesional independiente he sido testigo y a su vez afectado por la posición de este medio, pues en los últimos años se ha dado amplia acogida a una sola posición informativa y de opinión, en uno de los casos que ha causado interés y polémica jurídica en nuestro país, como es el juicio de lesa humanidad (caso Vaca, Cajas, Jarrín).
Me refiero a uno de los procesos penales que se ventilan en la Corte Nacional de Justicia, en donde los procesados, por lo menos mi defendido, ha sido desfavorecido por prácticas judiciales que han atentado a derechos humanos y constitucionales del debido proceso y seguridad jurídica; lo cual podría deberse a presiones políticas y mediáticas...
El debate político de los últimos tiempos se ha centrado en el papel protagónico de los medios de comunicación en nuestra sociedad, situación que es relevante... Sin embargo, al ser un medio público se debió otorgar las mismas oportunidades de información y opinión sobre situaciones que son de amplia y controvertida acogida social, a fin de que los ciudadanos puedan formarse criterios que coadyuven a madurar y consolidar procesos democráticos sustanciales y no sesgos de las autoridades o los grupos de poder del tipo que sean.
Esto debió y debe consolidarse, más aún cuando se trata de procesos en los cuales se determina uno de los derechos más preciados que el ser humano tiene y es la libertad, expedientes jurídicos que, aunque sea difícil admitir, lo que los medios de comunicación publiquen trasciende en la definición de estos temas.
Ab. Xavier M. Mejía H.
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