Entre los principios básicos de la comunicación, el de la pluralidad ha sido el que con mayor fuerza y urgencia se propuso rescatar en los nuevos medios públicos. Y para efectos de esta reflexión, la novedad significó precisamente poner fin a años de sesgos y exclusiones inocultables, listas negras no declaradas, solo visibles en la ausencia de temas, enfoques y entrevistados en sus frecuencias y páginas.

La sola expresión de ese cambio fue blanco de furiosas críticas. La derecha se ha tomado los medios públicos, repitió el coro de “trolls” con fuerza de berrido. Los medios públicos -quisieron afirmar- cerraron la puerta a la opinión de voces divergentes hoy encarnadas en los defensores del expresidente. Pero -paradoja- el pensamiento matriz de esa especie siguió expresándose a través de los mismos medios que denunció haber perdido.

La vigencia del principio de pluralismo va sumando evidencias. La última se encuentra en el panegírico de la editorialista Carol Murillo al expresidente Correa, publicado en la sección de opinión de este diario el 18 de diciembre de 2017. Tras las palabras, elogios y escrúpulos por redes sociales, por un instante olvidó la crítica mecánica que aquello ocurrió en virtud de los fundamentos que garantizan el ejercicio de la opinión en nuestros medios.

No importa lo que después se diga, el derecho de los críticos a expresarse usando estas mismas páginas es la mejor demostración de que el pluralismo está de vuelta en los medios públicos. (O)