Es lamentable la descomposición social que vivimos los ecuatorianos y que nos vemos obligados a soportar a pesar de las tragedias ocurridas.
La forma superficial, secreta y hasta vergonzosa con la que actúan determinadas “autoridades” y sus cómplices desdicen de la “isla de paz” con la que se pregonaba a los cuatro vientos al mundo entero, solo fue una mentira más.
La muerte de tres ciudadanos honorables y dignos trabajadores de un prestigioso diario de la capital no tiene nombre. Nuestro pesar a sus familias, compañeros y a El Comercio por tan irreparable pérdida.
Ningún delito debe quedar impune, ningún crimen debe quedar en el olvido, la justicia debe ser para todos. ¡Ecuador, despierta!, lucha por tu futuro, por tus hijos, por tu familia, por la vida misma.
Paz en la tumba de Paúl, Javier y Efraín, vivirán por siempre en nuestros corazones. (O)
Rodrigo Contero