En internet escuché en una entrevista radial al politólogo Patricio Moncayo. El tema era sobre la corrupción. Moncayo, como todo un experto en sociología y ciencias políticas, señaló que nunca es bueno generalizar, peor en materia penal.
El académico dijo que cuando hay casos concretos de corrupción, hay que dejarlos en manos de la administración de justicia penal, a fin de que los investigue (fiscalía), juzguen y sancionen los jueces penales de los diferentes niveles; dentro del marco del debido proceso y siempre respetando el principio de la presunción de inocencia hasta que haya sentencia definitiva en firme.
Ergo, digo yo, los politiqueros, los analistas, columnistas y más individuos vinculados con los medios de comunicación privados, no deben pontificar en los casos de interés general “sentenciando” si hay o no delito, si hay o no hay autores y cómplices.
Patricio Moncayo, con la objetividad de la que siempre hace gala, mencionó al politólogo venezolano Ramos Jiménez en su análisis sociológico de las “familias polìticas” que siempre se perdonan entre sí. Con maestría se explayó en explicar sobre el plano panfletario en la polìtica. Habló del oportunismo, cinismo y realismo en la política. En fin.
Finalmente, qué refrescante resulta escuchar criterios tan sesudos, en medio del “plano panfletario”...
Gracias por publicar. (O)
Atentamente
Carlos Humberto Zambrano Zúñiga