La muerte del inolvidable líder de la revolución cubana ha conmovido a todos los espíritus revolucionarios, del mundo entero y en mi caso particular no podía menos que estremecerme la noticia al recordar al líder cuando le conocí en la explanada de la ciudad cubana de Cienfuegos durante los actos conmemorativos del 26 de julio, como fecha del asalto al Cuartel Moncada de la tiranía Batistana, previo al triunfo de la gloriosa Revolución por parte de Fidel Castro. Sus palabras retumbaron en todos los cielos del mundo: “desaparezca la filosofía del despojo y habrá desaparecido la filosofía de la guerra, desaparezcan las colonias, desaparezcan la explotación de los países por los monopolios y entonces la humanidad habrá alcanzado una verdadera etapa de progreso”.
Así a pesar del criminal bloqueo imperialista por más de medio siglo y que se mantiene hasta nuestros días, Cuba ha logrado avanzar a pasos de gigante con la conducción de su heroico líder Fidel al que se le intentó asesinar en numerosas ocasiones. Solamente quienes hemos visitado la hermosa isla del caribe podemos comprobar las conquistas de la revolución socialista cuando visitamos las escuelas, los hospitales, fábricas, complejos habitacionales, etc. y hemos palpado cómo se ha eliminado el racismo, el analfabetismo, la prostitución y la droga y otras “maravillas” del sistema capitalista. Allí observamos en nuestro viaje cómo la salud y la educación son públicas y gratuitas, y se han alcanzado grandes triunfos en la medicina y el deporte. En definitiva, es una gran herencia la que deja Fidel para Cuba y los pueblos del mundo cuando se le oyó en repetidas ocasiones su grito inmortal ¡Patria o muerte, venceremos! (O)
Lcdo. Catón Salazar Albán
Latacunga-Ecuador